En la tarde del miércoles 25 de junio, el presidente Gustavo Petro sancionó la reforma laboral durante un acto público realizado en la Quinta de Bolívar, en el centro de Bogotá. Lo hizo rodeado por su gabinete ministerial, dirigentes sindicales y una multitud de asistentes que colmaron los jardines del histórico recinto.
Pasadas las 3:40 p.m. el mandatario firmó el documento junto a los ministros del Interior, Trabajo, Hacienda y Salud. En sus manos alzó una copia ampliada de la nueva ley, con la frase “Le cumplimos al país”, mientras los asistentes coreaban consignas y ondeaban banderas.
Antes de llegar a ese momento, Petro intervino con un discurso en el que abordó el contenido de la ley, los desafíos para su implementación y el contexto político que la rodeó. Se refirió al proceso legislativo y a los sectores que se opusieron, señalando directamente a empresarios y congresistas.
“Por eso quiero decirle a los empresarios que no van a aplicar la reforma laboral: no son inteligentes”, expresó. También tuvo palabras para los congresistas que votaron en contra: “Tampoco eran inteligentes. Ya sabemos quiénes son, con nombres propios, intentaron sabotear los debates. No sé si hubo plata, pero el que la dio es un pobre pendejo, falto de ideas e inteligencia, y ustedes saben eso qué significa”.
En su discurso, el mandatario insistió en que la ley no debe quedarse como “letra muerta” y reiteró que habrá un seguimiento estricto para su cumplimiento. Planteó la necesidad de que las empresas hagan pactos para aplicar las nuevas normas laborales y llamó a la ciudadanía a vigilar que así sea.
Durante el mismo evento, también fue sancionada la nueva Ley de Salud Mental. Desde la tarima, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y la representante Olga Lucía Velásquez, destacaron la importancia de la norma para superar estigmas y llevar atención emocional a todo el país. José Raúl Jiménez, del Colegio Colombiano de Psicólogos, dijo que la salud mental debe considerarse un derecho fundamental.
A propósito de esta nueva legislación, el presidente extendió su intervención a la reforma a la salud. Pidió al Congreso avanzar en su aprobación y señaló que, de no hacerse, las EPS desaparecerán. “La Comisión Séptima tiene en sus manos que sea más profunda la reforma a la salud o, si no, se van las EPS de este país”, afirmó.
También instó a que las bancadas de oposición y sus financiadores “acuerden con el Gobierno y el pueblo en la Comisión Séptima salvar las EPS”. Y añadió: “Nosotros profundizamos y asumimos la responsabilidad de la salud en Colombia, definitivamente”.
El jefe de Estado advirtió que, según las proyecciones del Ministerio de Salud, la implementación de ese nuevo modelo costaría cerca de $100 billones en 2025, equivalentes al 5,7% del PIB, y que esa cifra podría subir a $163,8 billones en 2034. El cálculo oficial es que el sistema tendría un superávit de $292.000 millones en su primer año de operación.
Respecto a la reforma laboral, la ley contiene 70 artículos, algunos con aplicación inmediata y otros de forma gradual. La jornada nocturna se adelantará a las 7:00 p. m. desde enero de 2026, y los recargos dominicales llegarán al 100 % en 2027. También se establece el contrato a término indefinido como regla general, y se eliminan los contratos por prestación de servicios para labores permanentes en el sector público.
El Ministerio de Trabajo será el encargado de reglamentar e implementar la ley. El seguimiento estará a cargo tanto de sindicatos como de gremios empresariales.
La firma de la reforma laboral había sido anunciada inicialmente para el fin de semana en Medellín, pero fue aplazada por la falta de la firma del presidente del Senado, Efraín Cepeda. Una vez superado ese trámite, el Ejecutivo convocó la ceremonia en Bogotá.
Con la ley ya sancionada, se abre ahora una nueva etapa de aplicación y fiscalización de la norma en todo el territorio nacional.
