Durante su participación en el foro sobre minería organizado por el Centro Democrático, la precandidata presidencial Paloma Valencia presentó sus planteamientos sobre la necesidad de construir una política mineroenergética que integre el desarrollo económico con la protección ambiental y el bienestar social.
En su intervención, Valencia señaló que el país requiere una estrategia que permita aprovechar los recursos naturales de manera sostenible, garantizando beneficios para las comunidades y fomentando el crecimiento productivo. La precandidata criticó las políticas actuales del Gobierno Nacional, las cuales, según indicó, han limitado el desarrollo de los territorios al restringir la producción agrícola y minera.
“Colombia necesita instituciones territoriales fuertes, pero también una verdadera armonización entre el desarrollo y la protección ambiental”, afirmó Valencia, al tiempo que planteó la importancia de definir de manera precisa qué ecosistemas deben ser objeto de conservación y cuáles pueden destinarse a la actividad minera y agrícola. Mencionó como ejemplos las zonas de la Amazonía, el Darién y la ruta del jaguar, que, según su propuesta, deben mantenerse protegidas dentro de una política ambiental clara y estructurada.
La precandidata propuso, además, realizar una reforma al mecanismo de la consulta previa, argumentando que esta no debe funcionar como un veto, sino como un proceso que garantice la participación de las comunidades, permitiendo a la vez la ejecución de proyectos estratégicos. También propuso fortalecer instrumentos como las obras por impuestos y las regalías por obras, con el fin de asegurar que las comunidades cercanas a los proyectos mineros y energéticos reciban inversión social, infraestructura vial, electrificación y oportunidades de desarrollo local.
En su intervención, Valencia defendió el papel del carbón dentro de la matriz energética nacional. Sostuvo que las nuevas tecnologías permiten reducir las emisiones derivadas de su uso, incluso a niveles inferiores a los del gas natural. “La transición energética no significa acabar con los combustibles fósiles, sino invertir en tecnología para reducir y compensar las emisiones”, afirmó.
Finalmente, la precandidata expresó que Colombia requiere avanzar en dos transformaciones estructurales: una revolución educativa y una revolución energética, que impulsen el crecimiento económico y fortalezcan la competitividad del país. En su mensaje de cierre, reiteró que el desarrollo nacional depende del aprovechamiento responsable de los recursos, la inversión en conocimiento y la participación activa de todos los sectores sociales.




