Luego de que la plenaria del Senado decidiera archivar el proyecto de ley que buscaba convocar una consulta popular impulsada por el presidente Gustavo Petro, varios de sus «aliados políticos» reaccionaron con indignación y denunciaron que la votación fue cerrada de manera irregular. Desde distintos sectores del oficialismo se ha calificado el hecho como un “fraude” y se plantean caminos alternativos para retomar la iniciativa, incluida la posibilidad de una constituyente.
El recién imputado exalcalde de Medellín y precandidato presidencial, Daniel Quintero, advirtió:
«Vamos a cerrar el Congreso, llamar a constituyente, resetear la política. Les dolerá haber hundido la consulta popular.»
La senadora María José Pizarro también criticó con vehemencia lo ocurrido en la plenaria:
«Colombia!!! Acaban de negar la Consulta Popular en el Senado con trampas, leguleyadas y sin respetar el reglamento. Un Congreso que le da la espalda a su gente no puede reelegirse. Con los derechos de los trabajadores no se juega! Nos quieren prescribir y no brindan garantías democráticas.»
La representante Mafe Carrascal fue directa al señalar responsabilidades: «Efrain Cepeda, tramposo y ruin, hundió la Consulta Popular de forma fraudulenta. Qué vergüenza. Una vez más, bloquean la voluntad popular rompiendo el espíritu de la Constitución de 1991.»
Desde el Gobierno también hubo pronunciamientos. El ministro del Interior, Armando Benedetti, expresó: «Lo de hoy fue fraudulento. Se hundió la Consulta Popular de forma fraudulenta. El presidente del Senado no dio las garantías para votar, cerró el registro cuando vio que iban ganando. Hoy hicieron trampa.»
Roy Barreras, hizo un llamado a la calma, pero también advirtió sobre los caminos posibles para reactivar la iniciativa:«Cálmense los ánimos. Nadie ha perdido. Nadie ha ganado. Aún puede ganar la sensatez. Recuerden que el Gobierno puede volver a radicar la consulta popular.
Explico: la oposición (y el Senado en general) podrían aprobar la Reforma Laboral apelada de aquí a junio y demostrar que su compromiso es legítimo con derechos de los trabajadores. Si la aprueban y es justa, gana el Congreso y gana también el autor de la reforma, que es el gobierno. Si no la aprueban, el Gobierno puede radicar la consulta de nuevo el 20 de julio ante la nueva mesa directiva. Con más tranquilidad y sin proyecto de reforma en trámite, seguramente se aprobaría sin tan apretada y cuestionada votación, caso en el cual la votación popular sería en octubre. Gana el gobierno.»
El hundimiento de la consulta ha significado un nuevo revés político para el presidente Petro, quien desde China también se pronunció señalando fraude y convocando al movimiento popular a organizarse para dar el “paso siguiente”.