“Abrirle las puertas a una negociación con el Clan del Golfo es una cachetada a los Antioqueños. La violencia en el Nordeste, Bajo Cauca y en el Oriente del Departamento arrecia por la presencia de este grupo criminal que posa de contrainsurgente. Es además una burla a nuestra Fuerza Pública.
Hoy el único interés de esos criminales es competirse las rentas criminales, por el tráfico de estupefacientes y minería ilegal, con los que posan de insurgentes.
¿Quién rinde cuentas a las poblaciones de Remedios, Segovia, El Bagre, Cáceres y los más de 80 municipios en ocho subregiones que son víctimas de homicidios, amenazas, extorsiones, desplazamientos y confinamientos?
Ni qué hablar de los migrantes que deben pagarles a estos bandidos para cruzar el Darién; sometiendo sus derechos a toda clase de violaciones.
Nuestra visión es diferente: la paz es seguridad, la paz es justicia, la paz son oportunidades sociales”.