Significa tomar acción en el pensamiento, tomar el control. El pensamiento lo hemos llamado «la loca de casa» por el desorden que lleva, constantemente hay pensamientos que muchas veces no se concretan, se presentan a mucha velocidad, entre memorias que uno reconoce, ideas, independiente de que sean buenas o no muy buenas.
Nos lo han «mostrado» como un angelito a la derecha y un diablito a la izquierda. Uno elige a quien le hace caso. Lo que significa que es uno mismo quien deja «pasar» al que elija. Lo que los mayores nos tratan de enseñar es precisamente a saber elegir entre el bien y el mal.
Porque es uno mismo quien elige. Nadie lo puede hacer por uno, solo recibimos guías de aprender a distinguir, lo llamamos VALORES. Pero las circunstancias de vida de cada uno lo llevan a elecciones difíciles, porque la realidad es que nos vemos afectados por personas que, en su momento, eligieron al diablito y le causan daño a los demás, físico, mental, emocional, con tentaciones de hacer cosas que no son «bonitas» y lo van a dejar «atrapado» en su influencia, como una especie de esclavitud.
Quien recibe el daño empieza a «negociar» con el angelito, pero también con el diablito. Y a veces gana el diablito. Y lo deja crecer, porque lo empieza a alimentar con lo que pide: causar daño y dolor, hacer mal en su día a día, en su estudio, su trabajo, sus relaciones.
Limita su propio intelecto, porque lo utiliza para buscar cómo utilizar sus oportunidades para inflar su diablito, haciendo caso omiso al angelito, que sigue ahí, nunca se retira, esperando que salga de la influencia del diablito, que cada vez se crece y multiplica.
El SER VIVO, que está bajo la influencia, claro, se considera “víctima” de los demás, porque es lo que le «sopla» el diablito. Le hace ver que es víctima de los demás y por eso se debe «vengar». La buena noticia es que el ser humano vivo que es, piensa, analiza, ACTIVA su consciencia y puede «recuperar» el control. Se «concentra» en ello.
El Bien está ahí, el angelito. Es suyo. Es quien lo cuida, incluso cuando está bajo la influencia del diablito. De pronto se da cuenta de que puede corregir, solo necesita aceptar que su valor es intrínseco, propio, que vale por ser más que una máquina de hacer daño, manipulado hasta niveles que lo han denigrado como ser humano vivo. Así que no le tiene rencor al diablito, le pide PERDÓN por haberlo alimentado con su comportamiento.
Le PERDONA por haberlo tentado, inducido a causarse daño a sí mismo y a todos los demás. Se PERDONA a sí mismo por haber multiplicado su influencia en los demás. Por haber creído que se estaba defendiendo de los demonios, de los demás que le causaron, el haber hecho caso de su influencia y haber negado la intervención de su angelito, y de los seres vivos que le habían advertido de CAER EN TENTACIÓN.
PadreMadre Creador nos conoce, nos entiende, y nos PERDONA. Nos regala IMPEZÁ, que es el perdón de Dios para TODOS sus hijos. Viene por el canal de la vida, le llega a todos sin excepción, solo que hay que aceptarlo. Viene en forma de esferitas de color amarillo dorado llena de estrellitas plateadas, contiene muchas herramientas para la sanación de quien lo recibe voluntariamente.
IMPEZAPERDÓN es la unión de IMPEZÁ VIVO regalo del Creador y PERDÓN terreno que pedimos para nuestra sanación. Y sí, es un trabajo mental, que se hace ESPIRITUAL, porque somos Seres Espirituales viviendo una experiencia terrenal. Impezaperdón para TODOS por igual.








