La Seguridad es un Bien Superior del Estado, pero en Colombia se le está dando trato de Residuo Tóxico.
El Gobierno Nacional ha puesto en máximo riesgo la Seguridad de los Ciudadanos, no sólo ha maniatado a la Fuerza Pública para combatir a las Organizaciones Armadas Ilegales, con sus ceses al fuego unilaterales que ya han cobrado bastantes vidas de Soldados y Policías, sino que ha disminuido sus capacidades operacionales, quitándole recursos para apoyos logísticos y adecuada dotación.
En Antioquia, y en el resto del País, hoy las Estaciones de Policía y Comandos Militares se caen a pedazos, los vehículos para patrullar son verdaderas chatarra o simplemente no se cuenta con ellos, los recurrentes accidentes de aeronaves militares son sólo el ejemplo más visible de ello. Si a esto se le suma el que hace mucho tiempo no se construyen nuevas cárceles o centros de reclusión de sindicados, pues al escaso pie de fuerza se le ha sumado la labor de custodiar sindicados y delincuentes de toda la pelambre, en espera de que una paquidérmica justicia los juzgue y, si obtienen condena con pena intramural, esperar a encontrar un cupo en las hacinadas cárceles.
Urgen medidas de choque para incrementar la operatividad de nuestras Fuerzas de Seguridad Estatal, abandonadas a su suerte por el Gobierno Nacional, darles herramientas modernas que optimicen su actuar y quitarles esas cargas innecesarias de tareas para los que no fueron concebidas, como cuidar presos o controles de accesos a eventos deportivos.
Solo con esto podrían dedicar todos sus esfuerzos a verdaderamente combatir la delincuencia, a realizar tareas de inteligencia que prevengan la realización de crímenes, a patrullar nuestros campos donde impera el abandono estatal.
Nadie se beneficia más de unas fuerzas armadas débiles e inoperantes que la delincuencia y el terrorismo.
Estamos enfrentando organizaciones criminales multimillonarias con unas fuerzas armadas y de policía paupérrimas, a veces hasta dan grima.
En buena hora llega el Gobernador de Antioquia con su audaz propuesta de crear una tasa adicional, que se cobraría en la factura de Servcios Públicos, para financiar los temas de seguridad que el Gobierno Nacional simplemente abandonó; una tasa de tinte social, pues sólo la pagarían aquellos sectores de la sociedad que tienen mayor capacidad adquisitiva, pues sólo se cobraría a los usuarios residenciales de estratos 4, 5 y 6 incluso dejando de cobrarse a pequeños comerciantes; con los recursos que se recaudarían se podrá dotar debidamente a escuadrones de policía y ejército de vehículos y tecnología para combatir y prevenir actos delincuenciales, restaurar maltrechos comandos y estaciones de policía, puestos de control del ejército, e incluso construir centros de reclusión dignos y seguros para delincuentes o sindicados; darle dignidad al ejercicio de la autoridad, que nuestros soldados y policías sientan que su labor la pueden realizar en condiciones dignas y seguras, que sientan que hay una ciudadanía que está haciendo un esfuerzo adicional para ello, con toda seguridad, elevará su moral y redundará en una actuación contundente contra la delincuencia de todas las pelambres.
No es raro que la propuesta haya sido rechazada de tajo por el Presidente Gustavo Petro, es obvio que a él no le guste nada que revele su actitud displicente con la Fuerza Pública y el abandono de su gobierno a cualquier política de seguridad que haya sido eficaz en el pasado, a él solo le sirve su tan cacareada “Paz Total” que sólo ha traído incrementos en intimidación a la población, más muertes de Líderes Sociales y control territorial de grupos delincuenciales y narcotraficantes, incluso en territorios donde históricamente nunca habían hecho presencia.
Está en manos de la honorable Asamblea Departamental la aprobación de la Tasa de Seguridad propuesta por el Gobernador de Antioquia, ojalá estén a la altura del momento histórico y de las necesidades de seguridad que a diario reclaman desde todas las regiones del Departamento; apelar también al espíritu de solidaridad y de generosidad que ha caracterizado al sector empresarial antioqueño, nuestros paisanos de los municipios hoy sienten miedo, se sienten abandonados y urge que se les brinde seguridad y justicia en sus territorios, seguro que de ellos vendrán aportes incluso mayores a los que la Tasa de Seguridad se establezcan; pero está en manos de nosotros, los ciudadanos, que queremos una mejora sustancial en índices de seguridad, salir a defender esta propuesta desde nuestros espacios, contarle a la gente la verdad acerca de esta iniciativa, contar que sólo la pagarán aquellos que tienen capacidad y que los únicos afectados serán los delincuentes de todas las pelambres y quienes los alcahuetean.
Aplaudo esta iniciativa del señor Gobernador de Antioquia y espero que tenga éxito, los ciudadanos somos muy buenos exigiendo resultados y solución de las dificultades a los gobernantes, llegó la hora de que seamos parte de la solución.