Gracias a la firmeza de 49 senadores Colombia mantuvo su democracia y le demostró a este gobiernito de truhanes que, pese a sus amenazas de muerte, no le temen y con la Constitución en mano y las leyes vigentes se preservó el equilibrio y la independencia de poderes.
La reacción virulenta del cartel del Pacto Histórico y su cabecilla merece establecer una cronología de hechos y conductas punibles, frente a la consulta de la mentira y la ignominia.
El pasado 1 de mayo en plaza pública, con asistentes pagos, Gustavo Petro en su logorrea discordante, amenazó, insultó al Congreso de la República y todo aquel que se considere demócrata.
Ese mismo día dejó la aprobación de su consulta en manos del personaje más oscuro, vicioso y abyecto de este gaminete: Armando Benedetti denunciado por violencia contra la mujer, corrupción, interés indebido y casi todo el Código Penal.
En un acto soberano, el Congreso le dijo no a la consulta y le evitó al país la perdida de un billón de pesos, botín que anhelaba el Pacto Histórico para seguir con sus fechorías.
Como era de esperarse, Petro iracundo, drogado y rodeado de sus jíbaros, en un acto demencial e inconstitucional, llamó a sus primeras líneas a incendiar el país.
Olvidan estos atorrantes del Pacto Histórico que fueron ellos mismos quienes solicitaron al Congreso revivir la reforma laboral, solicitud atendida por los congresistas, brindando la oportunidad de buscar consensos políticos, técnicos, gremiales e institucionales.
Nos queda claro que a la reforma de estos petardos, jamás les interesó mejorar el empleo, las condiciones de los trabajadores o la reducción de la informalidad, su único propósito era adelantarnos las elecciones, tener acceso al billón de pesos y crear cortinas de humo ante tanta incompetencia y falta de acción gubernamental.
Nuevamente este lunático, promete un tren eléctrico e interoceánico, para unirnos a la ruta de la seda y enviar por ese medio lo que producirán sus estultos votantes, incapaces de sacudirse la caspa y las lagañas que les impiden ver la realidad.
La crisis en la salud, el crecimiento de la violencia, la parálisis en la infraestructura vial, la caída del PIB, el fracaso de la paz cocal, la huida de capitales, la desertificación de los gringos, el crecimiento de la corrupción, la muerte de soldados y policías, la ola invernal y el secuestro de Lyan el niño de 11 años, son temas que al maniático drogadicto de petro no le importan.
Petristas en verdad ustedes están dispuestos a quemar el país, viendo que Benedetti, Epiayu, Petro y el cartel del Pacto Histórico mienten con descaro y entre ellos mismos se están destrozando, lean la carta de renuncia de su Ministra de Justicia antes de lanzar la primera piedra y por primera vez intenten ser coherentes.
Comandantes de escuadra, pelotón, compañía, batallón, brigadas, divisiones y cúpula Militar y Policial, nunca olviden su juramento y ni por un segundo piensen subordinarse al mal, Colombia los apoya y les confía su futuro.
Gustavo Petro en mi condición de ciudadano y veterano del Ejército Nacional, le comunico que yo no le temo y somos millones los que compartimos los ideales de una Nación grande soberana y justa y de ser necesario defenderemos con nuestra vida estos nobles ideales.
PATRIA, HONOR, LEALTAD.
