Decía el viejo López Pumarejo que el país siempre «andaba a la penúltima moda», queriendo señalar que las instituciones y formas de gobernar modernas nos llegaban tarde.
El constituyente del 91 quiso que el país se ubicara a la «última moda» introduciendo instrumentos e instituciones de gobierno con claros criterios de descentralización ya de moda en España y otros países con arquitectura descentralista, autonómica o federal.
Pero, como decía López , nos gusta la «penúltima moda» y ralentizaron el proceso a tal punto que pasamos de tranferencias de los Ingresos corrientes de la Nación crecientes en términos del crecimiento del PIB, a definirlas, en actos legislativos de 2001 y 2007, a ser dependientes del Sistema General de Participaciones produciendo una horizontalidad en la gráfica que antes era creciente.
Los estudiosos de Hacienda Pública informan que en estos 23 años se ha dejado de transferir a las entidades territoriales cifras superiores a $350 billones de pesos ; al no permitir que el incremento de las rentas estatales transferidas a las regiones llegarán al 46.5% como norma Constitucional y dejarlas en el 23,2% como está hoy.
Con la aprobación del acto legislativo que incrementa hasta el 39, 6 % las transferencias del Sistema General de Participaciones a las entidades territoriales, se inicia la gran transformación institucional de Colombia.
Claro! La meta futura es el 46.5% que quiso el Constituyente del 91 y que estaba reglado en la Constitución radical de Rionegro de 1863 con los Estados Soberanos. De manera gradual, nuestro país pasará de ser un estado centralista a otro transformado en descentralizado y Autonómico dentro de la unidad nacional territorial.
Se empezará a trasladar el verdadero poder político de la centralidad a los territorios para la toma de las decisiones políticas y autónomas por parte de las comunidades locales y regionales.
Podremos avanzar en la ocupación cierta del territorio de la Nación y por ese camino conducirnos hacia la paz soportada en la seguridad que da la autoridad del Estado. El Clan del Golfo, el mayor desafío del gobierno, ha pasado a hacer presencia en 170 municipios de 10 departamentos a 234 municipios de 16 departamentos donde actúan como un estado paralelo; sin hablar de las llamadas disidencias de las Farc y grupos emergentes.
Las autoridades locales y regionales podrán, con los nuevos y crecientes recursos, dar soluciones ciertas en esos territorios a necesidades de educación, salud , agua, internet, vías, caminos y puentes que rebotan inmediatamente en la calidad de vida de los vecinos; sin requerir desplazarse a Bogotá a realizar gestión que demanda clientelismo y compromisos de ejecución de los proyectos.
Pasaremos del centralismo fiscal generador de pobreza endémica a un Estado con presencia integral en sus comunidades. Más eficacia en la aplicación de los recursos públicos, rinden más los dineros de las gentes, más vigilancia social, comunitaria e institucional de los mismos.
En varias partes donde alentamos éstas tesis nos señalan que a más dinero más robo en las regiones como graduándolas con el «argumento-sospecha» de corruptas y de «democratizar el robo y la corrupción» ; como si no viéramos todos los días como son tratados los presupuestos públicos en los entes nacionales.
En fin, ésta gran revolución territorial que estamos avizorando nos llena de esperanza y fé que nos permite señalar, en La Corporación Colombia Autonómica y a su Presidente y líder de estos temas, profesor y Maestro Dr Héctor Quintero Arredondo, como el presidente Uribe, » No hay causa perdida».
Desde La Corporación Colombia Autonómica, el Colegio de Altos Estudios de Quirama, la academia, la Sociedad Civil Antioqueña nos obliga a hacer un reconocimiento cierto y sincero al ministro Juan Fernando Cristo, al senador Guido Echeverri, al ponente senador Ariel Ávila , a las comisiones respectivas y a los que votaron SI en la plenaria con los acuerdos que estableció el gobierno para el apoyo necesario del mismo.
A los gobernadores interesados con su asistencia al recinto del Senado, encabezados por Andrés Julián Rendón de Antioquia en el entendido que serán los protagonistas de éste nuevo país que se empieza a vislumbrar.
El viejo López, 90 años después de iniciar su «Revolución en Marcha», estará tranquilo al saber que Colombia abandona «la penúltima moda», para adentrarse en los senderos de la «última moda» que permitirá que entremos al Club de países que más contribuyen a la riqueza en el mundo y a las democracias más maduras y robustas .