Es comprensible la rabia y el dolor de Patria que ha despertado en millones de colombianos la foto del Ministro de Minas y Energía, un señor de apellido Camacho, creo, luciendo orgulloso una chaqueta en la que aparece estampado el logo de las FARC.
Especialmente porque la foto fue tomada en Puerto Carreño, una población abandonada de la mano de Dios y de su colega en este mundo, el presidente Petro, que sufrió un apagón de 24 horas, causado por la desidia del gobierno que no ha girado en los últimos seis meses los recursos correspondientes a los subsidios al consumo de energía domiciliaria.
A mí también, claro, me dio rabia el gesto despectivo y retador del Ministro, al exhibir sobre su pecho el escudo de una organización terrorista que tanta sangre inocente derramó sobre los campos de Colombia, que tantos niños mutiló con las minas quiebrapatas, que a tantos otros violó y esclavizó. Y lo sigue haciendo, como sabemos, cuando, horrorizados, escuchamos las noticias.
Pero, pensándolo mejor, llegué a la conclusión de que el gesto del Ministro le sirve al país y a la democracia. Creo que nos sirve a los colombianos que los funcionarios de este gobierno y los seguidores de Petro se quiten la careta y le digan al país a nombre de quiénes están gobernando, hacia dónde nos quieren llevar, cuál es el modelo institucional que están implantando, a la vista de todo el mundo, ante el silencio cobarde de la clase dirigente, tanto la política como la privada, que se arrodilló y acepta gustosa el yugo que les están poniendo, a cambio de seguir disfrutando por un rato más de las prebendas y privilegios que lograron adquirir: La foto de Sarmiento Jr., del brazo de Laura Sarabia, en La Guajira, un día después de que Petro hubiese dicho que su padre es un ladrón, lo dice todo.
De modo que, lejos de vituperarlo, debemos darle las gracias al Ministro de Minas. Gracias, porque, aunque no haya sido esa su intención, su gesto quizás contribuya a aclarar el panorama político, a que cada uno, en el interior de su conciencia, decida para dónde quiere que se lleve a este país.
Gracias, Ministro. Ojalá usted y sus colegas ordenen, pronto, que en todas las ceremonias oficiales se icen las banderas del M 19 y de las FARC, como le
gusta a Petro.
Y el que tenga ojos para ver que vea, y el que tenga oídos para oír que oiga, y el que tenga cerebro para pensar, que piense.
FUERA PETRO
