domingo, junio 1, 2025
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(OPINIÓN) Fábrica nacional de mentiras. Por: Álvaro Ramírez González

El paro convocado por Gustavo Petro fue un total fracaso, como siempre aparecieron sus amigos encapuchados a quemar llantas y a bloquear la movilidad, y poner a sufrir a 2 millones de Bogotanos.

Al contrario, el país entero trabajó con normalidad, la actividad económica fue completamente normal. Ganó el país que quería trabajar.

Los encapuchados recibieron el rechazo y los insultos de todos los ciudadanos, por todas partes. La plaza de Bolívar de Bogotá estaba casi vacía y el país entero, con sus alcaldes y gobernadores a la cabeza, rechazaron ese paro, y se trabajó mucho en prevención.

En Cali hubo un Cabildo abierto al cual asistieron apenas 100 personas, Petro perdió la calle. En 2021, Gustavo Petro era esperanza, hoy es un gobernante fracasado; que no cumplió ninguna de las expectativas de la gente. Todo lo que tocó con la idea de reforma lo volvió un enredo con perfil de desastre.

La salud, la prueba inequívoca, pero dejemos el fracasado paro a un lado. Como fue un fracaso, entonces ahora aparece Petro a decir, con total desparpajo, que “el paro lo convocaron las centrales obreras” para tratar de desmarcarse de ese fracasado.

Las redes mostraron de manera abundante a Petro convocando al paro nacional y afirmando que la huelga es un derecho que contempla la constitución, Petro ofende la inteligencia de los colombianos. Todos saben que él es el que lo convocó, y el responsable único de ese fracaso. Mentiroso.

Sigamos con el Circo, ahora llegó Roy Barreras, con aspiración presidencial y manifiesta que estas próximas elecciones las ganará “el centro-izquierda“ y naturalmente se quiere instalar allí, pero lo más simpático de ese camaleón, es que se indignó cuando le dijeron que era Petrista.

“No me diga Petrista“ “Roy sin Barreras“, como lo tituló un amigo mío, no tiene hígados, ni vergüenza, ni menos filiación política, es un trashumante político, que se mueve al son de sus conveniencias.

Fue uribista como el que más, el expresidente fue padrino de uno de sus hijos, pero rápidamente se mudó al santismo, pero por sobre todo antiuribista feroz.

Como defensor a ultranza de todas las tropelías de Santos, como el robo del plebiscito que negó el Acuerdo de La Habana, atacó a Uribe como su peor enemigo; así las cosas, no tuvo ninguna cabida en el gobierno de Iván Duque.

Pero a su regreso se unió a la campaña de Petro, en un viraje completo desde la derecha de Uribe a la extrema izquierda de Gustavo Petro y bien que le ha ido. Le arrebató de un manotazo la Presidencia del Senado a Gustavo Bolívar, amigo y escudero de Petro; estuvo en una de las embajadas más importantes del país, como la de Londres.

Pero lo francamente gracioso es que ya se quiere desmarcar de Petro, viéndolo en el ocaso y con un gobierno totalmente fracasado.

Ya no es izquierdista y menos Petrista, abandona la izquierda buscando el centro-izquierda, donde está su amigo Juan Manuel Santos, pero es solo la conveniencia personal lo que motiva este viraje.

La izquierda después de Petro, al igual que después de Boric en Chile, quedará completamente desvalorizada. Entonces Roy, que salta rápido como el camaleón, busca una alianza de Santos y con una parte de la izquierda, seguramente la que no tuvo protagonismo en el mandato Petro y con el centro de Santos.

Roy es otro gran mentiroso, a la hora de naufragio, ni Petro convocó ese paro, ni Roy es a Petrista, ¿Qué tal? Y ni siquiera se sonrojan.

Sobremesa

Petro lleva más de dos días perdido y sin trinos, algo muy raro pasa. El avión presidencial estuvo dos noches en el aeropuerto de Manta, Ecuador.

¿Eso como se come?

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