Es una posibilidad de que algo suceda, lo que no garantiza que suceda. Incluso cuando se ha trabajado, desarrollando un proyecto, en cualquier momento se puede “desvanecer” porque algo falló. La expectativa se diferencia de la esperanza, porque su espera es más inmediata.
La historia de la humanidad contempla variadas esperanzas, desde «si te portas bien, o mal» hasta el destino de la humanidad. La expectativa es más concreta, por tiempos, áreas, proyectos. La esperanza da una posibilidad de futuro.
La expectativa es una alerta constante en lo que se programa, individual o colectivo. En el momento actual, con la facilidad de las comunicaciones, hay una gran cantidad de expectativas diversas, en todos los aspectos, temas y muchas se «se salen» de nuestra comprensión, lo que nos pone en una alerta, que depende de la comprensión de cada uno de cómo tomarlas Esto puede llevar a exaltación, emociones, a veces descontroladas.
Cuando son comunicaciones positivas, “siente” que está incluido, que le llena vacíos internos, así sea de conocimientos. También hay comunicaciones que toman las cosas desde un punto negativo, muchas personas entran en miedo, depresión y hasta pánico. Pero todo son expectativas, que a veces pueden “coincidir” con ESPERANZAS milenarias, lo que lleva a «sentir que tienen razón sobre los demás», lo que significa más juzgamiento y separación. Nosotros los buenos.
Los demás malos. Otras expectativas llevan a otro tipo de esperanzas milenarias, de caos, control externo, final de algo que no puede manejar. La REALIDAD es bien diferente. Todo lo que sucede tiene SENTIDO.
No externo, INTERNO. De cada ser que existe, y de todo el planeta tierra. Aquí vivimos, es nuestro hogar. Y lo hemos “tratado” todo como desarticulado, ajeno, no nos hemos sentido solidarios, nos vemos como enemigos… Solo porque vemos todo desde diferentes puntos de vista. No por el territorio, ni el clima, no porque los recursos naturales están distribuidos, sino porque juzgamos lo que NO CONOCEMOS.
Por lo que no todos podemos ver, entender, y nos agredimos por ello. La humanidad está en plena adolescencia, nos falta mucho para madurar. Todos los “acontecimientos” que nos tienen en expectativa, son solo “muestras” de lo equivocados que estamos.
¿Qué pasaría si las esperanzas y las expectativas confluyeran en un momento y nosotros «compitiendo por quién tiene la razón? » Empecemos a sentir COMPASIÓN, AMOR, abramos el ENTENDIMIENTO, la COMPRENSIÓN, hagamos que EL PERDÓN sea nuestra REDENCIÓN.
Impezaperdón para TODOS por igual.





