No sé si a usted le sucede lo mismo, pero en promedio recibo entre cinco y seis llamadas de spam al día. Vienen de números colombianos, internacionales, e incluso a veces aparecen con el nombre de algún establecimiento, como si estuvieran guardados en mis contactos. Aunque es molesto, me he acostumbrado a no contestar por reacción, dejar que la llamada termine y verificar en mi WhatsApp si tengo algún número registrado que no esté guardado por su nombre.
Además de las llamadas, también recibió mensajes donde me informan que ganó dinero o electrodomésticos. La cantidad de noticias e historias de personas que han caído en cada modalidad de estafa que los delincuentes sacan a diario me ha generado un autocuidado para evitar el riesgo de entregar mis datos personales. Es un mecanismo de defensa que, aunque parece sencillo, no todos aplican.
Los datos lo confirman que, en 2024, en Colombia se registraron más de 9.700 millones de llamadas spam, según el informe más reciente de la aplicación Truecaller. Esta cifra alarmante significa que millones de personas siguen expuestas cada día a posibles fraudes, robos de datos o extorsiones. Y no son solo los adultos mayores; Muchas personas jóvenes también han caído en diferentes estafas.
Aquí no hablamos solo de publicidad o servicios no solicitados. Una buena parte de estos contactos buscan a través de técnicas que combinan manipulación emocional, robo de identidad y engaños digitales. Los expertos son claros que este tipo de fraudes está ocurriendo todos los días. Con casi 10.000 millones de llamadas spam al año, el ecosistema colombiano se convirtió en un terreno fértil para que los delincuentes prueben distintas estrategias.
Pero no todo está perdido, dicen los expertos en ciberseguridad. Protegerse de estas estafas es posible si se toman algunas precauciones básicas. Primero, no responda a números desconocidos ni a mensajes sospechosos. Desconfíe de aquellos mensajes que intentan generar confianza de inmediato. Segundo, verifique cualquier información antes de actuar. Si le dicen que son de una empresa o un familiar, confirme con otras fuentes, como números oficiales o personas de confianza.
Lo más importante: nunca entregue datos personales, bancarios o contraseñas por mensaje o llamada. Use algún identificador de llamadas para identificar posibles estafadores y, si la llamada o mensaje le parece sospechoso, bloquee y reporte inmediatamente el número. Estas pequeñas acciones pueden marcar una gran diferencia.
Si usted es de esas personas que piensa «a mí no me va a pasar», pero no quiere tomar ninguna medida de seguridad, tarde o temprano caerá en una estafa. Y seguro lo lamentará, porque si algo nos hace colombianos es reaccionar solo cuando el suceso o la situación ya ha ocurrido. No espere a ser una víctima; la prevención es su mejor defensa.