sábado, junio 28, 2025
InicioOpiniónLuis Guillermo Echeverri Vélez(OPINIÓN) Entendamos… con delincuentes, todo es a la brava. Por: Luis Guillermo...

(OPINIÓN) Entendamos… con delincuentes, todo es a la brava. Por: Luis Guillermo Echeverri Vélez

Conclusiones. Con delincuentes y terroristas todo siempre tiene que ser a la brava. Todos somos el pueblo. Nadie es el pueblo. Ningún individuo puede subrogarse esa titularidad. La violencia verbal siempre antecede a la física y más cuando es promovida por criminales desde el poder del Estado.

La pérdida de vidas de ciudadanos indefensos es el costo del engaño al pueblo perpetrado por quienes pretenden estar por encima de la ley y reclaman ser la voz del pueblo. Entendamos para donde van Petro, el nuevo M-19, el diabólico Montealegre, la pandilla de Santos, las FARC-EP, y el ELN, y evitemos la participación de todo el crimen organizado en una “Constituyente Popular”. Entendamos, que aún estamos a tiempo de evitar una dictadura democrática modelo SSXXI.

Curso de Inteligencia Artificial - Carlos Betancur Gálvez
  1. Introducción. “Por sus frutos los conoceréis”. (Los Falsos Apóstoles. Bernardo Vélez 1947) –
    Dos advertencias me retumban hoy como campanazos en los adentros: En 2005 un líder de izquierda me dijo: “Entiendan que, si Petro sube al poder, es mucho más malo que Chávez, Ortega y Evo”. Y en 2017 mi padre me dijo: “Santos va a llevar al país a una nueva forma de guerra civil”.

Progreso vs. progresismo autocrático. La interconexión digital amplifica el alcance de la ciencia y la tecnología creando soluciones inimaginables, pero la polarización ideológica atizada por los políticos aferrados al poder, incrementa la brecha social negándole espacio a la sensatez en la formación de nuevas políticas que habiliten la expansión del conocimiento digital, donde la computación cuántica apalanca el poder de la inteligencia artificial, multiplicando exponencialmente la velocidad de cambio y la capacidad de solución de problemas globales.

    El progresismo nos llevó a una depreciación de los principios éticos y los valores y libertades democráticas que ceden terreno a gobiernos autocráticos donde todo se negocia. El multilateralismo pasa por una época caótica, se habla de paz, pero se multiplican las guerras entre naciones, muchos Estados conviven con la violencia, y la carrera armamentista es un despropósito tan peligroso como la narco financiación del terrorismo ejercido por organizaciones criminales y por algunos gobiernos.

    Lo anterior deja las naciones indefensas en manos de líderes ególatras mediatizados, al comando de Estados e instituciones que abandonaron la legalidad y las agendas básicas de desarrollo socioeconómico como la nutrición infantil, la salud, el cuidado de la biodiversidad, la cultura, la educación, la renovación de infraestructuras, el deporte y el desarrollo integral de un cuerpo sano para que el conocimiento pueda germinar en mentes sanas.

    Colombia está liderada por un guerrillero psicópata, resentido, drogadicto auspiciador de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, la minería ilegal y la devastación ambiental, la destrucción de valor económico y de capital humano, amparado por una cleptocracia y un puñado de mercenarios políticos que validan su misiva de crear odios y divisiones ideológicas mediante falsas retóricas de paz y justica social, propias del mal llamado progresismo y de las agendas extremistas del siglo pasado.

    1. Defender la Constitución es defender la libertad. No hay democracia sin oposición y sin verdadera separación de poderes suscritas al respeto de un único marco de derecho que regule la formación de políticas de Estado. La democracia cede ante la autocracia, cuando se cambia la Constitución para acomodarla a la conveniencia ideológica de un gobierno dictatorial.

    Aquí no se necesita cambiar la Constitución, ni acomodarla con artilugios filosóficos a los caprichos de un autócrata. Lo que tenemos que hacer es simplemente respetar, cumplir la ley y exigir que los poderes judicial, legislativo y las Fuerzas Armadas hagan lo propio. Lo que se
    necesita un Estado eficiente, liviano, digitalizado, facilitador. Sobra tanta dialéctica leguleya.

    Entendamos que la libertad tiene un alto costo. Cuando no se respeta la legalidad, la sociedad queda indefensa ante el crimen, el bien ante el mal, y se destruyen el derecho y la justicia ante la relativización de la verdad. Se paga con vidas la cobardía de cambiar el imperio constitucional por concesiones de impunidad que convierten los criminales en ciudadanos de mejor derecho frente a quienes cumplen la ley y las obligaciones.

    Entendamos que, bajo la amenaza violenta propia de revolucionarios, terroristas y subversivos, todo siempre tiene que ser como a ellos se les dé la gana, a la brava. Entregarle el poder a quienes no reconocen la legitimidad del Estado, es generar el odio y resentimiento que dinamitan la violencia. Entendamos, la integridad constitucional no es tema de izquierda o derecha, es el deber ser, y depende del respeto a esas normas fundacionales de la Nación, que hoy quieren cambiar a la brava.

    Entendamos, hemos llegado a extremos por aceptar la normalización del delito, la impunidad y la participación del terrorismo ejercido por el crimen organizado en la formación de políticas públicas. Estamos en manos de revolucionarios fanáticos de la destrucción que no tienen noción alguna del manejo de lo público, están dedicados a robar, y caímos en las garras de los mismos pájaros oportunistas que siempre ofrecen sus servicios jurídicos al mejor postor, así cada cuatro años tengan que cambiar de ideología, de argumentación y plumaje.

    1. Entendamos el modelo de las dictaduras democráticas SSXXI. Llegamos al momento en que el país lícito tiene que defender su constitución a como dé lugar, pues enfrentamos una amenaza a la seguridad de la soberanía nacional, ante un gobernante que le está dando a la brava, un autogolpe al Estado de Derecho, apelando a la titularidad de la soberanía popular.

    Petro tras la lánguida negativa del Congreso a su propuesta de referendo, bien apoyada por el Consejo de Estado y el Registrador, para justificar el anuncio de adelantarla por decreto y así poder imponer una constituyente popular, contrató como Ministro de Justicia al peligroso mercenario ideológico Montealegre, quien vive de acomodar ideas, conceptos y argumentos a las necesidades de cada cliente, y quién para justificar el Socialismo del Siglo XXI y la instauración de un totalitarismo neo-narco-estalinista y neo-nacista disfrazado de democracia, quiere venderle al país la relativización de la verdad en el derecho, apelando a la corriente filosófica alemana que tanto daño ya le causó a la humanidad validando el inicio de dos guerras mundiales en la primera mitad del siglo pasado.

    Y tiene el zumbador Montealegre el descaro aberrante, de utilizar como referentes conceptuales a “Nietzsche – El Apóstol de la inmoralidad”, como lo denominara Don Bernardo Vélez Isaza”, y a “Carl Schmitt, uno de los grandes filósofos, teóricos políticos y juristas alemanes, miembro del partido nacionalista obrero y quien fuera la conciencia jurídica del régimen Nazi, al aseverar que la voz del “Führer” era la del pueblo y por ende que la voluntad Hitler era fuente de derecho porque era la voluntad popular. Note el lector que, Schmitt también fue invocado por los juristas que apoyaron la Constitución Chavista, y ahora es el condotiero leguleyo de Petro quien lo invocó para validar ideológicamente su propósito de cambiar la Constitución y apropiarse indefinidamente del poder.

    Montealegre es tan falso como bellaco. Fue contratista del Estado con Uribe, y entonces como Roy, Benedetti y Santos decía defender la seguridad democrática. Luego fue magistrado y salió de la Corte para ayudar a Palacino a robarse la salud. Como Fiscal se convirtió con Enrique Santiago, Baltazar y otros abanderados de la muerte, en el Chaman jurídico de los Santos y las FARC-EP, levantando órdenes de captura por crímenes atroces y bendiciendo con rezos de impunidad los acuerdos de Cuba y la creación de la JEP. También fue el encubridor de Odebrecht, perseguidor de Zuluaga y aliado de Santos y Cepeda en contra de Uribe y sus valores democráticos, su patriotismo y su ejemplo de respeto a la justicia.

    Entendamos, “nada es más peligroso que un enano con barbera”. Quien hoy funge como Ministro de Justicia tiene el encargo exabrupto de convertir a Petro en el nuevo “Führer” de las organizaciones criminales, las milicias populares y las minorías regionales, aduciendo que representa la voz del pueblo y por ende tiene poderes de juez constitucional. Además, este “mercenario académico y politólogo” ha sido el mentor de los fiscalillos Perdomo y Babosa quíen a sabiendas de su inocencia empapeló a Uribe, y de toda esa línea de tinterillos que se disfrazan de lo que sea, para lustrar con una extravagante chinola argumental la filosofía del derecho, sacándole brillo a las tesis que soportan la careta democrática del socialismo del siglo XXI.

    1. Petro es el Casino y juega con las cartas marcadas. Comprendamos que mientras estamos distraídos apostándole al albur de una elección, permitimos que quienes quieren robarle al pueblo su libertad, su moral y sus riquezas con la disculpa populista tras la cual esconden su enriquecimiento y su ambición desmedida de poder, están metiendo a moler al trapiche de la corrupción y la insensatez, la Constitución, la legalidad, la hacienda pública y la capacidad productiva y contributiva nacional. Petro está consolidando la “teoría del caos”, y ya la formación de capitales ilícitos puede haber superado la economía lícita, productiva y contributiva.
    2. Estamos convertidos en una sociedad cocainómana. Pasamos de la negación causada por la adicción a la plata fácil, la violencia y el terror, a desconocer el resultado de un referendo y a validar los acuerdos inconstitucionales de Cuba y la creación de una nueva justicia ideológica inquisidora. Y al volvernos complacientes con la injusticia y la impunidad, podemos terminar en la “indefensión aprendida”, producto de experimentar repetidamente situaciones adversas de las que creemos que no podemos escapar, terminando entregados a un modelo narco-comunista, aun cuando existen oportunidades reales evitarlo.
    3. Ello explica la apatía de la sociedad civil, los gremios y los líderes políticos que han permitido la continuidad de un mandato ilegitimo y del gobierno indigno de un psicópata al frente de una cleptocracia dedicada a saquear el erario, a imponer agendas minoritarias a la mayoría, y a promover un clientelismo corrupto que compromete las tres ramas del poder, los entes de control, y a muchos partidos y contratistas del Estado.
    4. Los buenos somos más. Obremos. Llevamos más de dos décadas negándonos ver la realidad del pueblo hermano de Venezuela. Colombia tiene mucha gente buena totalmente desconocida. Y avemaría si el país la necesita. Es el momento de hacer valer y funcionar con determinación la institucionalidad democrática al servicio de del ciudadano, de la legalidad democrática, la seguridad ciudadana y la Constitución.

    Actuemos con vehemencia armando un frente común de ciudadanos reclamando responsabilidad a quienes pueden hacer valer las leyes existentes. Debe el sector productivo, empresarios y trabajadores unidos, contratar abogados y poner a los presidentes de gremios a hacer sentir sus demandas y a presentar su argumentación ante los magistrados y parlamentarios que aún no vendieron sus convicciones, su vocación democrática y su voluntad de servicio, exigiendo responsabilidad a unos medios alcahuetes y unos partidos clientelistas, y reclamando firmeza a las Fuerzas Armadas y la comunidad internacional, de modo que se acate y se respete el orden constitucional y la separación de poderes, y se cumpla lo que estipula la ley quebrantada en lo político y en lo penal por este mandatario malandro.

    Aprendamos del valor con que desarmó a Montealegre el ilustre jurisconsulto Gaona la semana pasada. Dejemos de lado la cobardía. Nadie se muere la víspera. Vivamos libres e independientes pero unidos por la patria con valor, porque como dicen los montañeros: “al que muestre el miedo, lo muerde el perro”. Apoyemos la Constitución. No se puede consentir que así sea por interpuesta persona, el terrorismo siga en el poder, y entendamos que voluntariamente no lo van a entregar. Llegó la hora de tomar acciones contundentes que le demuestren al tirano que el país ni le pertenece, ni se va a seguir dejando gobernar bajo una dictadura totalitaria con careta democrática modelo SSXXI.

    ÚLTIMAS NOTICIAS