viernes, diciembre 5, 2025
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(OPINIÓN) El almuerzo con el tigre. Por: Álvaro Ramírez González

En mis andanzas ganaderas por tierras del Magdalena, recibí la gentil invitación de Abelardo de la Espriella para almorzar en su oficina, Asistí con un colega ganadero a atender su invitación, el pasado miércoles 3 de diciembre, impresionante la organización y los preparativos.

Me llamaron con anticipación para reportar nuestros documentos y la hora de llegada, no era para menos. En una casa gigante en una esquina del barrio El Prado de Barranquilla está “De la Espriella Lawyers”, su prestigioso buffette de abogados.

La seguridad privada era impresionante, sin incomodar a los vecinos y transeúntes, había personal de su seguridad privada cuidadosamente uniformado desde las calles que acceden a su casa-oficina.

El ingreso, después de estar anunciados, respetuoso, pero igualmente estricto, hay un scan al ingreso del edificio. Fuimos acompañados por la seguridad hasta la misma oficina del Tigre.

A partir de allí, todo fue una maravilla, un saludo tan afectuoso como expresivo; somos nuevos, pero buenos amigos hace pocos meses. Llegaron de inmediato los doctores Carlos Suárez, asesor político, y Joaquín Gutiérrez, director de operaciones de la campaña.

Un par de personas cultas, muy amables, pero muy conocedoras de sus tareas. El tema, la política, la campaña, mis artículos, mis conversaciones con el presidente Uribe y naturalmente, la encuesta Invamer.

Terminando el exquisito almuerzo en una bella cava llena de vinos y de su Ron Defensor, entró una llamada del presidente Uribe y otros destacados personajes del sector privado, cuyos nombres me pidieron omitir.

Fue una conferencia con 5 participantes, incluido este columnista, muchos asuntos relativos a la encuesta del Centro Democrático y la fecha posible de la alianza alrededor del Tigre. Hubo muchas amables discrepancias sobre la “carpintería”, de los detalles, porque en el fondo somos de los mismos.

Esa conferencia se interrumpió varias veces para hacer contactos paralelos, como con Ingrid Betancourt, que está en París. Para no aburrirlos con los detalles de esa mecánica menuda de la política, el resumen es bastante alentador.

Abelardo es un armador de equipos impresionante, una campaña con mucho entusiasmo, mucha mística, pero por sobre todo mucha organización. El método y el orden se imponen.

Allí no hay sofocos ni apuros, todo se va ejecutando de acuerdo a un plan, que lidera el tigre, pero mancomunado con su equipo de asesores.

El jueves 4 de diciembre, el equipo del Tigre, hizo entrega en la Registraduría del Estado Civil, de las 4. 8 millones de firmas que se recogieron por todo el país.

Una campaña sin bochinches, sin miedos y sin mirar para las demás. “Voy como un caballo cochero”, dijo el tigre. Solo miran para el frente. La reunión – almuerzo terminó 2:30 horas después y al salir fue la sesión de fotos.

Inevitable, todos firmes por la Patria. Mi gratitud con el Tigre por esa amable y cálida invitación y mis felicitaciones a todo ese equipo, por todo lo que vi al interior de esa campaña.

¡Con razón van disparados!

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