La democracia está en crisis en el mundo entero. Netanyahu bombardea a Irán para mantenerse en el poder y librarse de las investigaciones por corrupción en su contra.
Trump hace la guerra en contra de los pobres inmigrantes porque quiere que los pobres locales ocupen esos lugares de trabajo que ocupan los pobres inmigrantes.
Petro insiste en cerrar el Congreso para quedarse en el poder a través de una Constituyente falsa, que no es producto del deseo del pueblo sino de la manipulación del erario público para permanecer en campaña los primeros 4 años de su gobierno eterno.
Sólo hay tres tipos de políticos: Los primeros representan a los dueños originales de la tierra, de las propiedades, de la riqueza original, los que denominan las oligarquías. Estos precisan controlar la política pública para que todo permanezca como está. La segunda clase de políticos representa a los empresarios. A los que a través de su ingenio o búsquedas particulares, lograron acumular riqueza con empresas y necesitan que el Estado legisle a su favor, para que dichas empresas crezcan y ganen cada día más. La tercera clase de políticos, son aquellos que no nacieron en la riqueza original de los dueños de la tierra ni han trabajado nunca en ninguna ni han tenido nunca una empresa. Esos políticos son los que han entendido que el Estado, sin importar el partido que lo gobierne, siempre tiene dinero, cargos públicos y acceso a información de macro proyectos económicos. Su única manera de existir, es perpetuarse en el poder, saltando de uno a otro cargo público.
Donald Trump, representa a los blancos que se quedaron con la tierra de EE.UU luego de independizarse y de aniquilar a los indígenas y mexicanos, propietarios originales de la tierra. Representa a esos blancos que tuvieron esclavos y lucharon a muerte en la guerra de secesión contra la otra mitad del país para seguir teniéndolos. Todas las medidas en contra de la comunidad hispana son simplemente racismo. Para esos dueños de EE.UU, los latinos son sólo seres humanos de segunda y ahora de tercera clase. Su última medida es no hacer redadas sorpresa, pero sólo en los sectores de granjas donde recogen frutas y verduras. Tampoco en hoteles ni en restaurantes, para no alterar el servicio al turismo.
Con esa medida no sólo reafirman que los latinos son sujetos de menos derechos. Además dividen en los que les sirven y los que no. Lo que derivará en una división interna de la causa, hasta ahora unificada de los inmigrantes. Donald quiere que todos los americanos desempleados que reciben sueldo por no trabajar, trabajen. Y quiere que los millones de estudiantes que deben billones en préstamos y están atrasados, paguen. Los puestos de trabajo de los inmigrantes son para sus propios pobres y para sus estudiantes endeudados, que el Estado durante años ha estado cargando.
En el proceso puede hasta quedarse con capitales de latinos deportados y con cadenas de suministros, que los hoy deportados construyeron. Para hacer América Grande Otra Vez piensa que debe haber una guerra abierta en contra de la pobreza y los pobres tienen look y acento hispano. No importa que sean la sensación del mercado global y que todos los productos de Hollywood y plataformas deseen conquistar el mercado latino en U.S.A. Para los que Trump representa, esos descendientes de los que estuvieron en los territorios originalmente de México y de los indígenas originarios americanos, no merecen decir que son de U.S.A. y tendrán que salir hasta de la televisión. Y fue, el voto latino, fue la democracia, la que le dio el triunfo a Trump, como presidente norteamericano, para tener el poder que expresa con el pueblo hispano.
Netanyahu tiene tres procesos judiciales por corrupción y una orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional, más una investigación internacional secundaria por el caso “Qatargate”. Pero sale dos veces al día en televisión, justificando su miles de bombas contra niñas, niños y mujeres, desarmados y hambrientos en Gaza. Ahora Netanyahu justifica su bombardeo contra Irán, y nada le pasa y lo apoya U.S.A y el mundo occidental, porque Netanyahu encarna la alianza entre poder político y económico internacional.
Israel es un país inventado para que EE.UU pueda controlar los recursos del Medio Oriente. A Israel hay que pensarlo como un barco portaviones inmenso del tamaño de New Jersey, que EE.UU y todos sus inversionistas tienen anclado en el Medio Oriente, con la promesa de que ese portaviones irá creciendo y engordando y dando dividendos a todos los que estén ahí montados. Netanyahu ha mantenido relaciones estrechas con magnates tanto israelíes como extranjeros como Sheldon Adelson, magnate de casinos y apoyo clave en su relación con Trump. De Arnon Milchan, productor de Hollywood y de Roman Abramovich, magnate ruso del petróleo, antiguo dueño del Shelsea F.C. A quien le dio la ciudadanía israelí.
Netanyahu representa a quienes creen en el Gran Israel que abarca los territorios actuales de parte de Egipto, Palestina, Jordania, Siria, Irak y Líbano. Por eso bombardea a un país gigante y lejano, como irán, porque en su plan, en su mapa mental, Irán es su vecino. Y el territorio que hay en medio será suyo. No sólo para la alabanza de Dios, en hebreo, sino para la manipulación de toda la riqueza de ese suelo y ese subsuelo. Esa ambición es la que los ha llevado a pasar de victimarios de bombardeos, durante los últimos dos años, a víctimas de los mismos escenarios. Sin importar quien muera, la democracia eligió a Netanyahu.
Petro nunca ha trabajado en una empresa ni ha tenido una. Su primer trabajo fue como Personero de Zipaquirá. Luego fue Concejal de Zipaquirá. Se enlistó luego en la guerrilla del M-19. Se desmovilizó y recibió beneficios, no pagó cárcel por los delitos cometidos y se volvió Representante a la Cámara por Cundinamarca. Luego fue Agregado Diplomático en Bélgica. Después Representante a la Cámara por Bogotá. Luego Senador. Después candidato presidencial, quedó de cuarto y se reencauchó como Alcalde de Bogotá. Luego candidato presidencial y luego Presidente.
A Petro no le queda ningún cargo público honorable ni bien pago ni con mejor acceso a la fuente eterna de poder, en el todopoderoso Estado. Petro no puede dejar de ser Presidente de Colombia, simplemente, porque no hay, arriba de ese, otro cargo público. Si no se vuelve Dictador se convierte en un desempleado colombiano. Además, es la primera vez en la historia de Colombia, que un candidato de la Casta Pura Política, un hombre que siempre ha ganado movilizando de manera provocadora a su electorado, que siempre ha aprovechado todo cargo público, para mantenerse en eterna campaña, y pueda perpetuarse en el poder.
La izquierda revolucionaria siempre dijo: La combinación de todas las formas de lucha para alcanzar el poder. Ya están en él, qué otra cosa más van a ser a intentar perpetuarse. A Miguel Uribe lo intentaron matar, en demostración del control de la calle. Para demostrar quién puede salir tranquilo a agitar masas. No porque fuera el primero en las encuestas ni el más radical. Sino por lo que Miguel representa.
Atacar a Miguel fue poner en jaque a los otros tipos de políticos que también existen en Colombia. A los que representan a los dueños de la tierra y a los dueños de las empresas y a los que representan los ideales, al mismo tiempo. Todos al unísono se sentaron a hablar de esquemas de seguridad, a descubrir que son vigilados por su enemigo natural. Mientras, el gobierno hizo conciertos multitudinarios y multimillonarios, en una muestra, en una exhibición, del control de la calle y del electorado. Marchas pagas y masivas. Sin que nadie haya tenido miedo o le hayan disparado. Y es la democracia la que le permite a Petro, además de elegirse en todos los cargos, intentar perpetuarse.
La democracia ¿Colapsó? Creímos, como especie, que al tener todos teléfonos celulares y reportar que estaban bombardeando ¿Los bombardeos a niñas y niños acabarían de inmediato? ¿Creímos que una condena de la Corte Penal Internacional en crímenes de lesa humanidad nadie podía evitarla? ¿Creímos como latinos en el sueño americano y en una pesadilla, nos están despertando? ¿Creímos que la violencia colombiana era cosa del pasado inmediato?
La democracia nos ha llevado a ver bombardear, a diario, a unas niñas y niños pobres, agonizantes de hambre, que son explotados, si van al hospital o a alimentarse. La democracia le ha dado el derecho a Israel de extinguir a una etnia, sólo por legítima defensa. La democracia ha elegido en U.S.A, por votantes hispanos, a un Presidente que manda a los empleos de los latinos, autoridades, siempre con obesidad, encapuchadas, encapuchados y sin identificación, a sacarles del lugar donde se regalan por menos dinero que cualquier empleado, negro o blanco.
La democracia ha elegido a un Presidente, en Colombia, que está gastándose todo el presupuesto, para perpetuarse. Que ha creado un clima electoral en el que todo el que no sea Petro, está asustado de salir a hacer campaña, en la calle. Los gobernantes del “mundo libre” dan más miedo que los antes y los actuales, siempre temidos, regímenes dictatoriales. Como diría el único súper héroe que ha creado América Latina: “Y ahora ¿quién podrá defendernos?”