Asunto: La traición del Ángel Hermoso y la ausencia del Soldado en la Lista Cerrada al Senado
El Ángel Caído: la belleza que se traicionó a sí misma. En la Sagrada Escritura se nos narra uno de los misterios más profundos de la condición humana y espiritual: que el ángel más bello, más inteligente, más resplandeciente, fue precisamente el que primero traicionó a Dios.
No fue el más débil, ni el más ignorante, ni el más relegado. Fue el más favorecido.
Ese relato no solo explica la caída del ángel soberbio. Explica también cómo, a lo largo de la historia, aquellos que más han recibido son, muchas veces, quienes peor corresponden a la lealtad.
Hoy traigo esa reflexión porque, en términos estrictamente políticos y morales, el Centro Democrático —el partido que más apoyo ha recibido de las FF.MM. de Colombia y de los militares en uso o retiro— acaba de repetir ese mismo error ancestral.
El ángel hermoso cayó por soberbia. El partido corre el riesgo de caer por ingratitud, ceguera estratégica y desconexión con la realidad nacional.
La decisión incomprensible: excluir a los oficiales retirados de la lista cerrada al Senado.
Director: Colombia atraviesa la mayor crisis de seguridad de los últimos 30 años.
El país enfrenta: Expansión territorial de las disidencias, consolidación de corredores de narcotráfico, crecimiento de economías ilícitas, infiltración subversiva en gobiernos locales, reconfiguración de alianzas criminales internacionales y un viraje estratégico de Estados Unidos frente al narcotráfico que exigirá conocimiento técnico y doctrinal profundo.
En este momento crítico, cuando más se necesita experiencia, doctrina, Estado, formación militar y visión estratégica, el partido político que se dice defensor de la seguridad nacional decide, sin explicación, sin consulta y sin pudor, excluir a todos los oficiales retirados de su lista al Senado.
No se trata de un capricho administrativo. Se trata de una señal política inequívoca: El Centro Democrático prescinde de quienes constituyen el conocimiento más calificado en seguridad y defensa nacional.
La pregunta que queda flotando es inevitable: ¿Puede un partido que abandona a sus soldados pretender liderar la restauración de la seguridad en Colombia?
La ingratitud con quienes pusimos el cuerpo en las urnas y en las marchas. No olvide usted, Director, que cuando el país se movilizó, cuando el Centro Democrático convocó a defender la institucionalidad, la libertad y el orden: fuimos los retirados quienes llenamos las plazas.
Fuimos nosotros: los que marchamos, los que sostuvimos banderas, los que pusimos presencia, los que arriesgamos reputación, los que dimos legitimidad moral a sus convocatorias.
En todas las grandes marchas convocadas por el CD, los rostros más numerosos, más disciplinados y más firmes fuimos los de la Reserva Activa. Y hoy, cuando el partido debía corresponder con una apertura generosa, plural y estratégica, decide cerrarse sobre sí mismo, levantar muros internos y entregarle las listas a los gamonales regionales, a los caciques de siempre, a quienes ven el Senado como botín y no como misión.
La democracia interna: el partido que exige democracia para Colombia, pero no la practica en casa. Ustedes hablan todos los días de “defender la democracia”, pero sus procedimientos internos se alejan cada vez más de la democracia real.
Una lista cerrada, sin consulta a las bases, sin deliberación, sin compulsa interna, sin mecanismos de selección meritocrática, es una lista que representa un círculo cerrado de favores, no un proyecto republicano.
La democracia interna en un partido político no es un lujo. Es el mínimo moral para luego pedir democracia en el país, ¿Cómo hablar de “mérito”, “defensa de la libertad”, “participación” y “transparencia” si la lista al Senado se escoge entre cuatro paredes para fortalecer cacicazgos territoriales? Un partido que no respeta la democracia en su interior difícilmente podrá defenderla en la Nación.
El error estratégico en tiempos de reconfiguración hemisférica
Director:
En este instante, Estados Unidos está dando un giro profundo en su política antidrogas:
Nuevas métricas, nuevos enfoques en interdicción, nuevas alianzas interagenciales, nuevo diseño de cooperación, y un énfasis creciente en crimen transnacional y control marítimo.
¿Quiénes conocen realmente estos temas? Los Oficiales de la Armada, del Ejército, de la Fuerza Aérea, de la Policía, que han dedicado décadas a estudiar y combatir el fenómeno. Excluirlos de la vida legislativa es un acto de torpeza estratégica sin precedentes.
Este hecho confirma la necesidad de una nueva Constituyente. Porque cuando los partidos políticos: se cierran, se burocratizan, se desconectan del país real, se blindan para proteger caciques, se niegan a representar al pueblo, y renuncian a la meritocracia, entonces lo que está fallando no es el partido. Es el sistema político entero. Y hechos como este —la exclusión deliberada del conocimiento militar en la hora más crítica—son prueba clara de que Colombia necesita una nueva Constituyente, una que garantice: democracia interna en los partidos, listas verdaderamente representativas, participación real de sectores estratégicos del Estado, y un rediseño institucional que rompa de una vez por todas el monopolio del poder político regional.
Director: El ángel más hermoso cayó porque dejó de escuchar. Porque se creyó suficiente. Porque dejó de ver a quienes tenía al lado. Hoy el Centro Democrático corre el mismo riesgo: confundir la fuerza electoral del pasado con la relevancia moral del presente. El país está en crisis. Y ustedes, en la hora de la verdad, decidieron darle la espalda a quienes más han protegido a Colombia.
Aún están a tiempo de rectificar. Pero no por nosotros. Si no por la Patria.
Atentamente,
Capitán de Fragata (RA)
Ángel Gabriel Conde Romero









