jueves, octubre 9, 2025
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(OPINIÓN) Carta abierta a nuestra Conciencia Democrática. Por: Óscar Ricardo Colorado Barriga

La elección de candidatos para la Cámara de Representantes, Congreso y Presidente de la República, NO es una simple contienda electoral, sino una verdadera guerra entre el bien y el mal: El bien materializado en la escogencia de verdaderos tecnócratas que persigan el bienestar común, cumpliendo la ley y la constitución vs. El mal tipificado en este gobiernito y los candidatos que apoya: personajes con pasados oscuros, capacitaciones gaseosas, discursos populistas, devaneos morales iguales o peores a los de Gustavo Petro y su corte infernal, que representan la ineptitud en su máxima expresión, la corrupción rampante y un resentimiento criminal.

Partidos como Cambio Radical, Colombia Justa Libres, Conservador, de la U, un ala Liberal, Centro Democrático y organizaciones con candidatos independientes con conciencia democrática, tienen hoy por hoy, la obligación de decantar sus aspirantes y avalar sin asomo de duda, a las personas que representen lo mejor de la sociedad, capacitados en sus áreas, técnicos en el conocimiento, con experiencia laboral, sentido patriótico y demostrada honestidad en su proceder, capaces de enfrentar una izquierda recalcitrante y criminal, dispuestos a sacrificar sus intereses personales por el bien general, alejados de vicios y perversiones, sin miedo a rendir cuentas, claros en sus convicciones y férreos en su proceder.

La estela maligna que nos dejará el Pacto Histórico, gracias al mal proceder de su rencoroso y paseador mesías, será de proporciones bíblicas, terrorismo desbordado, narcotráfico sin precedentes, salud, infraestructura, educación, vivienda, comercio exterior, relaciones internacionales, en total caos: es decir, un estado en cuidados intensivos, lo que amerita líderes empoderados y audaces.

No entreguen sus avales ni su voto a quienes no lo merezcan, crean en la meritocracia, erradiquen las pésimas costumbres de los progresistas “los más ineptos, menos preparados, pervertidos, ignorantes y virulentos, desempeñando cargos de elección popular o funciones de estado, incapaces siquiera de reconocerse a sí mismos”, una operación cerebral la realiza un neurocirujano, NO un carnicero, así como la vaca la desposta el carnicero y no el neurocirujano.

El compromiso con la Patria y el pueblo colombiano de parte de ustedes, frente a la mejor escogencia de sus candidatos y su deber de unión en torno a los mejores, encadenado a nuestro voto, marcará el derrotero que nos saque de esta tragedia administrativa y nos encauce en la senda del progreso y el bienestar.

Soldado un día, soldado toda la vida.

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