Una ciudad como Bogotá tan atrasada en su infraestructura vial, donde poco se desarrollan vías y puentes, a menos de los que dejó contratados el alcalde Peñalosa, algunas obras inauguradas por la exalcaldesa Claudia López y otras que se encuentran en trabajo que las está poniendo en servicio el alcalde Galán.
Con dos millones cuatrocientos mil vehículos circulando en la ciudad, más dos millones de motocicletas y un millón ochocientas mil bicicletas, además de otro tanto de patinetas, la movilidad vial está colapsando, sumado a lo anterior una deficiencia manifiesta del transporte público, un pésimo estado de la malla vial y últimamente los paros y bloqueos a Transmilenio y a los vehículos, promovidos por el gobierno nacional, la ciudad está a punto de paralizarse.
La solución para el desembotellamiento, son las autopistas de dos pisos. Estas se hacen por medio de concesiones en Asociaciones Público Privadas APP, cuyas inversiones no afectan el presupuesto de la ciudad. Esta iniciativa dotaría a Bogotá de una malla vial aérea, permitiendo el desplazamiento vehicular de manera más rápida y eficiente. Se evitarían los trancones y muchos otros peligros de accidentes y muerte de peatones, entre otros.
El gobierno nacional y la agencia nacional de infraestructura en gobiernos anteriores, presentó un proyecto muy adelantado para colocar una autopista de segundo nivel entre el barrio Venecia de Bogotá y Soacha, para descongestionar la autopista sur. En aquella época el alcalde Petro anunció su oposición a ese proyecto por considerar que aquello era un beneficio solo para quienes van de turismo a Melgar y Girardot. ¡que ignorancia y atraso! Ese alcalde, hoy un presidente retardatario, se ubica en la época de la colonia. ¡Cómo se le ocurre decir semejante barbaridad!, si quienes más se beneficiarían serían justamente aquellos que viven en esos sectores, porque se descongestionaría la autopista sur, permitiendo a los habitantes de esas zonas como de Bosa, San Mateo y otras más, debido a que aliviarían el acceso a sus barrios.
La gente del gobierno distrital de aquella época, siguiendo la misma idea del exalcalde hoy presidente, alegan que las autopistas de segundo nivel dañarían el paisaje urbano, como si ellos no tuvieran ojos para ver el estado de deterioro de la ciudad, la mugre, los huecos, los andenes, las fachadas, los puentes, las zonas verdes, las paredes, la indigencia y bueno, miles de cosas más que tienen acabada a la capital.
Pero volviendo a estos proyectos, sería interesante que el alcalde Galán y el próximo presidente que resulte electo, se pusieran de acuerdo para llevar adelante una iniciativa de esa naturaleza y realizaran unos proyectos conjuntos Ciudad-Nación, autopistas elevadas que no solamente llegara hasta Soacha, se debería conectar una gran autopista aérea como hicieron en la Ciudad de México con mucho éxito.
Una autopista que atraviese todo Bogotá. Es decir, desde Soacha hasta La Caro, cruzada por dos vías aéreas más hacia el occidente, una por la calle 26 que sirva al aeropuerto y continúe hasta Funza y otra por la calle 80 llegando a Siberia.
Es hora de ponerle pecho al progreso, porque de no hacerlo, tendremos gravísimos problemas en los próximos años, que podrán en peligro de colapsar a la ciudad. Las grandes metrópolis del mundo, están optando por soluciones de este tipo, avanzadas, audaces y futuristas, por lo tanto, los habitantes de Bogotá necesitan dar un salto de progreso y las autopistas de segundo piso serían una verdadera solución para el presente y futuro de la capital.
