Lamentablemente, el gobierno no quiere sacarnos del problema. Ellos no ven esta crisis como un problema a resolver, sino como una oportunidad para consolidar su narrativa ideológica. Tener a Estados Unidos como enemigo no es un error ni un accidente, es parte del manual del socialismo del siglo XXI que Petro sigue al pie de la letra.
Esta estrategia tiene tres componentes clave:
1.Crear un enemigo externo para justificar fracasos internos. En lugar de asumir responsabilidades, el gobierno puede culpar a Estados Unidos de todos los males. Este discurso no es nuevo. Lo hemos visto en otros regímenes socialistas que han buscado un aislamiento intencional para mantener el control interno.
- Bloqueo y aislamiento como herramientas de control.
Un conflicto con Estados Unidos puede ser utilizado como excusa para reforzar políticas de intervención estatal y cerrar aún más la economía. El gobierno no ve un país bloqueado como una debilidad, sino como una oportunidad para centralizar poder, limitar el sector privado y avanzar en su agenda ideológica. Es el camino hacia un modelo de economía planificada donde el Estado decide todo, y los ciudadanos quedan atrapados en la dependencia.
- Coherencia con su ideología. Petro ha demostrado una y otra vez su desprecio por los valores del libre mercado y su fascinación con narrativas antiimperialistas. Tener a Estados Unidos como adversario no solo refuerza su posición política ante su base de apoyo, sino que le permite alinearse con otros líderes autoritarios de la región.
Este gobierno no quiere ni puede sacarnos de este lío. Porque, para ellos, no es un lío. Es una estrategia. No hay interés en convocar a la unidad nacional, porque la división es su motor político. No hay interés en resolver la crisis, porque el caos les favorece. Y no hay interés en la prosperidad de los colombianos, porque un país empobrecido y aislado es más fácil de controlar.
La verdadera solución no vendrá del actual gobierno. Vendrá de los ciudadanos, de quienes creen en la libertad, el comercio y el progreso. Es momento de movilizarnos para enfrentar esta agenda ideológica que nos condena al atraso y al aislamiento.
