Por todo lo que he leído en la prensa de Moscú y en los diarios de UCRANIA si hay algo que valoran del Presidente es que a la hora de guardar secretos y ser discreto tiene el arte del cómico, pues payaso es de profesión.
Con su equipo de trabajo han logrado que miles de imágenes de la infraestructura destruida por los misiles y drones rusos no sea puesta en Internet. Los diarios moscovitas le destacan esa estrategia porque evita que la gente entre en pánico mayor si estuviera observando los destrozos causados por los bombardeos. Y tienen razón porque rara vez se pueden ver fotos de todo lo que ha sufrido Ucrania en la guerra que el 24 de febrero cumplirá tres años.
El secretismo manejado le ha permitido asestar golpes duros a Rusia con drones de muy largo alcance e incluso su servicio secreto ha eliminado en Moscú a personajes siniestros como el general KIRILOV. Otros individuos más han ido cayendo por cuenta de un servicio que sabe para que se usa el espionaje. Los periódicos moscovitas se quejan de que los rusos sacan el celular, toman la foto o el video y lo suben a las plataformas. Se va creando una mayor ansiedad ante la evolución de la guerra.
En contraste el Presidente de Colombia no necesita presentación ya que sus frecuentes salidas en falso ponen en aprietos al país. Ha ocurrido en varios momentos al revelar información sensible como la del sistema PEGASUS. Y siga contando. La monumental metida de pata la tuvo en la madrugada del domingo cuando le dio por desafiar al “dueño del imperio”, el señor Trump. Causó un lío diplomático de marca mayor que no escaló a más porque la misericordia de Dios con Colombia es inmensa. Y de esa lo salvaron el expresidente del BID, Mauricio Claver-CARONE, hoy funcionario de la Casa Blanca y Luis Gilberto Murillo, aún canciller colombiano antes de que entregue el cargo a Laura Saravia.
Creo que la experiencia de Murillo porque es muy respetado en Washington donde fue Embajador y ha ocupado otros cargos, permitieron que se lograra el entendimiento para tratar de subsanar la embarrada. De tal calibre fue la vergüenza que tuvo el Presidente que no se atrevió a leer el comunicado en la noche del domingo. Jocosamente algunos proponen que a Petro no le permitan usar el celular y que le amarren las manos para que no escriba sandeces.
Ojalá haya aprendido la lección y recuerde la novena al Niño Dios cuando se habla de la “prudencia que hace verdaderos sabios”.
En el mundo de los negocios y la diplomacia internacional existen demasiados asuntos que son de pura filigrana y su manejo tiene que hacerse con guantes de seda. Hasta las palabras desafiantes tienen matices y de ese modo unos y otros quedan contentos.
