Durante la escala técnica en Madrid, España, el avión presidencial de Colombia que se dirige a Oriente Medio, enfrentó un inesperado contratiempo, pues las empresas encargadas del suministro de combustible, se negaron a prestar el servicio y abastecer el avión de Gustavo Petro, lo que generó tensiones entre las autoridades colombianas y los operadores internacionales del aeropuerto madrileño.
Según relató una emisora radial en Colombia, la comitiva presidencial tuvo el inconveniente cuando la aeronave solicitó el servicio habitual de abastecimiento antes de continuar su ruta hacia el Golfo Pérsico. Sin embargo, varias de las compañías que operan en el aeropuerto de Barajas, principalmente de origen estadounidense, rechazaron la solicitud, alegando restricciones administrativas y protocolos internos.
Ante esta negativa, el avión presidencial debió desplazarse hacia una base aérea española, donde finalmente fue el Gobierno de España, que intervino directamente para garantizar el suministro del combustible, logró sortear el impasse y permitir la continuidad del viaje. La situación, aunque resuelta, encendió las alarmas sobre posibles repercusiones diplomáticas y logísticas en los desplazamientos internacionales del mandatario colombiano.
Este episodio ocurre pocos días después de que el presidente Petro fuera incluido en la Lista OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, dentro de un listado que restringe las operaciones financieras y comerciales con entidades o personas señaladas por vínculos con actividades que Washington considera contrarias a su política exterior, en este caso, por narcotráfico, en contra del presidente Gustavo Petro, su esposa, su hijo y el ministro del Interior. Aunque el Gobierno colombiano no se ha pronunciado oficialmente sobre esa situación, analistas señalan que este tipo de medidas pueden generar efectos indirectos en la prestación de servicios internacionales asociados al Ejecutivo colombiano.
Fuentes consultadas aseguraron que el incidente en Madrid no fue una negativa “política”, sino una consecuencia del cumplimiento de protocolos de riesgo corporativo por parte de las empresas privadas que operan bajo legislación estadounidense. Sin embargo, el hecho no deja de tener una lectura geopolítica, especialmente en medio de las tensas relaciones entre Colombia y Estados Unidos tras la descertificación antidrogas anunciada semanas atrás.
Hasta el momento, la Casa de Nariño no ha emitido un comunicado oficial sobre lo ocurrido, y se espera que el Ministerio de Relaciones Exteriores aclare si el incidente será objeto de gestión diplomática. El viaje de Petro hacia Medio Oriente continúa según lo previsto, aunque el episodio en Madrid deja al descubierto un nuevo punto de fricción en las relaciones internacionales del Gobierno colombiano.



 
 




