La disputa pública entre Elon Musk y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, derivó en una pérdida de USD 34.000 millones en la fortuna personal del fundador de Tesla y SpaceX, una de las mayores registradas en la historia reciente.
La caída, reportada al cierre de la jornada bursátil, se inscribió como la segunda mayor en el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, superada únicamente por otra pérdida sufrida por el propio Musk en noviembre de 2021.
El conflicto, expuesto minuto a minuto en redes sociales y declaraciones oficiales, marca una ruptura drástica en una relación que hasta hace pocas semanas parecía sólida. En el centro del enfrentamiento se encuentra el plan fiscal impulsado por Trump, que la Oficina Presupuestaria del Congreso calcula agregará 2,4 billones de dólares al déficit federal en la próxima década.
Musk se convirtió en uno de los principales críticos del proyecto, al que calificó como una “abominación repugnante”. El mandatario respondió desde el Despacho Oval con una advertencia directa: el posible fin de todos los contratos gubernamentales con las empresas del magnate. “La manera más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”, escribió Trump en su red social.
La amenaza impactó en los mercados. Tesla vio caer sus acciones un 14%, hasta los USD 284,70 por unidad. SpaceX, empresa privada valorada en USD 350.000 millones, también quedó bajo la lupa por su dependencia de fondos públicos para operaciones claves como el transporte a la Estación Espacial Internacional.
La disputa tuvo como detonante inmediato el retiro de Musk del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad clave en la estrategia de recorte fiscal de Trump. El empresario había sido nombrado como su director tras la toma de posesión del mandatario en enero. El 28 de mayo, Musk anunció que dejaría el cargo para enfocarse en Tesla. Dos días después, en una conferencia conjunta, los dos se intercambiaron elogios. Pero el martes siguiente, el quiebre fue total.
La confrontación escaló con publicaciones en X. Musk acusó a Trump de mentir al afirmar que había estado al tanto de los pormenores del plan fiscal. “¡Falso. No me enseñaron este proyecto de ley ni una sola vez”, escribió. Trump, por su parte, atribuyó el cambio de postura del magnate a la eliminación de subsidios para vehículos eléctricos. Musk negó esa motivación y sostuvo que su preocupación era el crecimiento del déficit. Más tarde, sugirió sin pruebas que Trump aparece en documentos inéditos relacionados con Jeffrey Epstein.
El enfrentamiento se da en un contexto de larga relación fluctuante entre ambos. Antes de las elecciones de 2016, Musk había declarado que Trump “no parecía reflejar bien a Estados Unidos”. Tras la victoria del republicano, el empresario aceptó integrar un consejo asesor, pero se distanció al producirse el retiro de EE. UU. del Acuerdo de París en 2017.
Durante el gobierno de Joe Biden, el vínculo entre Musk y Trump se reactivó. En 2022, el magnate adquirió Twitter, reactivó la cuenta de Trump y otorgó mayor visibilidad a posturas extremistas en la red. En 2023, se intensificaron los contactos entre ambos. Durante la campaña presidencial de 2024, Musk donó al menos USD 250 millones a la candidatura republicana y participó en actos junto al entonces candidato. Al asumir su segundo mandato en enero, Trump recompensó a Musk con la dirección del DOGE, entidad con acceso privilegiado a información estratégica.
En paralelo, analistas observaron un deterioro de la imagen de Tesla en mercados tradicionales, especialmente en Europa, donde su cercanía con movimientos de extrema derecha habría afectado sus ventas.
En medio de la actual ruptura, el impacto no se limita al patrimonio personal de Musk. Las ramificaciones alcanzan a sus empresas privadas como xAI Holdings, Neuralink o la propia SpaceX, todas ellas expuestas a regulaciones e investigaciones impulsadas desde organismos federales. Bloomberg Government calcula que Tesla y SpaceX han recibido en conjunto USD 22.500 millones en contratos no clasificados desde el año 2000.
En el escenario político, los demócratas observan la pugna desde la distancia. Algunos estrategas consideran que, pese al historial reciente de Musk, su enfrentamiento con Trump podría tener efectos beneficiosos para su partido. Mientras tanto, el multimillonario sostuvo que no se retirará de la escena. “A Trump le quedan tres años y medio como presidente”, escribió en X. “Pero yo estaré aquí más de 40 años”.
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