Mónica de Greiff continuará como integrante de la Junta Directiva de Ecopetrol, tras desistir de su renuncia presentada el pasado 28 de mayo. La decisión se tomó luego de que los demás miembros del órgano de gobierno le solicitaran, de manera unánime, mantenerse en su cargo.
Los argumentos esgrimidos por la Junta incluyen el valor técnico de su participación y el cumplimiento de la disposición legal y estatutaria que establece una representación femenina de al menos el 30% en la Junta Directiva de la petrolera estatal.
En la misiva donde había anunciado su salida, De Greiff agradeció especialmente al presidente de la compañía, Ricardo Roa, resaltando su gestión y transparencia. La renuncia se conoció el mismo día en que fue revelado un contrato por 5,8 millones de dólares entre Ecopetrol y la firma estadounidense Covington & Burling LLP, destinado a evaluar el impacto institucional de los señalamientos que rodean a Roa.
El contrato con Covington & Burling LLP, inicialmente pactado por 875.000 dólares y modificado mediante un otrosí firmado el 31 de diciembre de 2024, provocó incomodidad dentro de la Junta Directiva. El presidente de la misma, Guillermo García Realpe, calificó la modificación como “grave y abusiva”, al señalar que no había sido aprobada por el órgano directivo. Aunque se ordenó suspender el otrosí en marzo, las consecuencias del caso escalaron tras hacerse públicas las condiciones del acuerdo.
Paralelamente, según La W, Ricardo Roa continuará en la presidencia de Ecopetrol. En una reunión privada con el presidente Gustavo Petro, el mandatario manifestó su respaldo al directivo, disipando rumores sobre un eventual cambio en el liderazgo de la compañía.
En semanas anteriores se había evaluado la posibilidad de un “enroque” entre Roa y el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma. Sin embargo, la alternativa fue descartada, debido a que Palma tendría impedimentos para asumir la dirección de la empresa.