Las fuertes lluvias que han caído en Medellín durante los últimos días han dejado un saldo de más de mil personas afectadas, pertenecientes a 384 familias, según el balance oficial entregado por la Alcaldía Distrital.
El informe señala que, tras las emergencias presentadas, se han emitido recomendaciones de evacuación para 229 viviendas de forma definitiva, mientras que otras 29 han sido desalojadas temporalmente como medida preventiva. La Administración Distrital, en coordinación con organismos de gestión del riesgo, continúa evaluando las zonas más vulnerables y prestando atención a las familias damnificadas.
El alcalde Federico Gutiérrez, informó que ya se han recaudado más de $40.000.000 millones de pesos en donaciones, recursos que serán destinados al apoyo humanitario de quienes lo han perdido todo o han tenido que abandonar sus hogares.
Entre tanto, EPM sigue trabajando en el restablecimiento de las redes eléctricas colapsadas y en el abastecimiento de agua potable a las comunidades afectadas.
Según el Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (SIATA), las lluvias persistirán hasta mediados de junio, con un pico de intensidad previsto para el mes de mayo. “Esto quiere decir que todavía viene una época compleja. En las noches y madrugadas tendremos fuertes lluvias”, advirtió el mandatario local.
En medio de la emergencia, el alcalde hizo un llamado a la solidaridad ciudadana e invitó a las hinchadas de Atlético Nacional e Independiente Medellín a llevar ayudas humanitarias este domingo 4 de mayo, antes del clásico montañero que se disputará en el estadio Atanasio Girardot.
Se ha dispuesto un punto de recolección a las afueras del estadio, donde se recibirán alimentos no perecederos, elementos de aseo, cobijas y ropa en buen estado. La jornada solidaria cuenta con el respaldo de las barras organizadas, autoridades locales y organismos de socorro, quienes se encargarán de canalizar las donaciones hacia los sectores más afectados.
Desde la Alcaldía se insiste en la importancia de mantener la prevención y acatar las recomendaciones de los organismos de gestión del riesgo, en una temporada invernal que aún no ha llegado a su punto más crítico.