Las autoridades en Gaza informaron que al menos 51 palestinos murieron y más de 200 resultaron heridos luego de que fuerzas israelíes abrieran fuego cerca de un sitio de distribución de ayuda en el sur del enclave.
La cifra fue reportada por la agencia de defensa civil, controlada por Hamás, que señaló que los disparos se produjeron en las cercanías de Jan Yunis, donde miles de personas se encontraban reunidas con la esperanza de recibir harina proporcionada por el Programa Mundial de Alimentos, WFP.
Testigos aseguran que drones israelíes dispararon dos misiles, seguidos por el impacto de un proyectil de tanque, lo que provocó un alto número de víctimas. Los hechos ocurrieron en una zona cercana a un cruce vial estratégico, al este de la ciudad, donde persisten operaciones militares desde hace semanas.
El Hospital Nasser, principal centro médico en funcionamiento en el área, se vio desbordado por el número de heridos. Personal sanitario atendió a muchos pacientes en el suelo ante la falta de espacio y suministros.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, calificó el hecho como un “incidente de víctimas masivas”, y advirtió que muchos de los heridos presentan traumatismos por armas de fuego, en un patrón que se repite con frecuencia cerca de los puntos de entrega de ayuda humanitaria.
Desde hace semanas, las zonas cercanas a los centros de distribución han sido escenario de enfrentamientos. Aunque en ocasiones también se han reportado disparos por parte de actores armados locales, la mayoría de las víctimas han resultado del fuego de tropas israelíes, según testimonios y personal médico en Gaza.
La operación de distribución de ayuda, a cargo de la Gaza Humanitarian Foundation, GHF, con apoyo de Israel y Estados Unidos, ha sido criticada por su falta de control y seguridad. Organismos internacionales han advertido del deterioro del sistema humanitario en Gaza. El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Turk, afirmó esta semana que Israel estaría usando la comida como arma y pidió una investigación completa de los hechos.
Mientras tanto, no hay un plan concreto por parte de Israel, la GHF ni la comunidad internacional para frenar la violencia diaria que se desata cuando miles de civiles se arriesgan a buscar alimentos en medio del colapso de los mecanismos de asistencia.
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