La capital colombiana recibe a más de 2.000 indígenas Emberá provenientes de Risaralda, quienes han llegado con el propósito de exigir al Gobierno Nacional mejoras en sus condiciones de vida, incluyendo la solicitud de terrenos donde puedan establecerse.
Esta comunidad ha enfrentado desplazamientos forzados debido al conflicto armado, lo que los ha llevado a acampar desde el martes 26 de noviembre en la Agencia Nacional de Tierras.
Las autoridades locales ya habían anticipado esta situación y solicitaron al Ejecutivo que tomara medidas inmediatas. La experiencia anterior de un asentamiento en el Parque Nacional de Bogotá, que se prolongó durante varios meses, ha generado inquietud sobre la gestión de esta nueva llegada.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, hizo un llamado al Gobierno Nacional para que garantice la estadía de la comunidad Emberá en condiciones dignas y facilite su retorno a sus territorios.
«Desde Bogotá hemos trabajado de manera decidida para garantizar el regreso de la comunidad Emberá y aún hay personas que esperan volver a sus tierras», expresó Galán, resaltando la necesidad de una respuesta efectiva ante la situación.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Miguel Silva, confirmó que alrededor de 2.000 miembros de la comunidad Emberá llegaron en más de 40 buses, con una estimación de llegada cerca de la medianoche. Silva advirtió que ocupaciones similares a las que ocurrieron en el Parque Nacional y en las Unidades de Protección Integral (UPI) de La Florida y La Rioja no deben repetirse, instando al Gobierno Nacional a asumir su responsabilidad en la atención de estas personas.
El Distrito ha activado un Puesto de Mando Unificado (PMU) para gestionar la situación de la comunidad que se ha asentado en la Agencia Nacional de Tierras.
Este fenómeno no es nuevo. La reciente ocupación en el Parque Nacional expuso aún más las difíciles condiciones que enfrentan las comunidades indígenas, que incluyen desplazamiento forzado, pobreza, y violencia, así como casos de acoso sexual, a menudo perpetrados por hombres indígenas.
La situación de los Emberá en Bogotá destaca la urgente necesidad de atención y soluciones por parte del Gobierno.