La lucha de la oposición venezolana entra en una nueva etapa tras la juramentación de Nicolás Maduro para su tercer mandato el 10 de enero de 2025. María Corina Machado y Edmundo González, han comenzado a redefinir las formas de resistencia, impulsando estrategias clandestinas en medio de un entorno cada vez más restrictivo.
Desde hace varias semanas, se han observado grafitis en las fachadas de centros de votación en Venezuela, con el mensaje «Aquí ganó Edmundo», un símbolo de protesta ante lo que la oposición considera un fraude electoral en las recientes elecciones presidenciales.
Estas pintadas, en su mayoría borradas rápidamente, son interpretadas como una señal de la resistencia que, a pesar de la represión, sigue tomando fuerza en las calles del país.
El chavismo, que se ha despojado de la legitimidad institucional y popular, ha mantenido su control sobre el poder a través de la represión y el uso de las fuerzas armadas. Tras varios intentos de oposición, que incluyeron protestas masivas, revocatorias de mandato, y el reconocimiento internacional del gobierno paralelo encabezado por Juan Guaidó, la oposición ha visto cómo el régimen de Maduro se ha consolidado, a pesar de las críticas a nivel mundial.
En este contexto, María Corina Machado señaló que los próximos pasos de la oposición serán enfocados en «hacer lo que sea necesario para restituir la Constitución», mientras que Edmundo González, exiliado en España, se ha mantenido como una figura clave en la lucha contra el régimen.
La represión ha obligado a muchos líderes opositores a actuar desde la clandestinidad, y se espera que la resistencia se canalice a través de nuevas formas de movilización y protesta.
La politóloga María Puerta, profesora de Ciencias Políticas en el Valencia College, señaló que la actual situación coloca a la oposición en una etapa más compleja, donde las protestas públicas y el uso de redes sociales ya no serán suficientes para forzar un cambio de régimen.
A su juicio, los opositores deberán operar desde la clandestinidad, mientras que la figura de Edmundo González, desde el exilio, ofrece un puente hacia el mundo exterior en un contexto de aislamiento diplomático y económico.
A pesar de las dificultades, la oposición parece haber logrado movilizar a sectores de la población que demandan un cambio político. La respuesta a la manifestación del pasado jueves 9 de enero, con una concurrida participación a pesar del contexto de militarización del país, indica que la resistencia sigue viva y que la población se prepara para lo que podría ser una nueva etapa de lucha política en Venezuela.
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