sábado, diciembre 13, 2025
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Ligia Piedrahíta y Diego Gómez en “ORNAMENTARIOS” de Leifer Hoyos Madrid

Por: Óscar Jairo González Hernández

¿Cómo conocieron ustedes al artista Leifer Hoyos Madrid, en qué momento medio en su formación, con la propuesta y la tentativa que tiene y desarrolla el proyecto Primitive Colors? Con Leifer nos conocimos a raíz de una fotografía de él publicada en redes sociales usando un vestido de PRIMITIVE COLORS.

Nos llamó la atención, ya que era un vestido femenino en un cuerpo de hombre, rompiendo estereotipos y códigos vestimentarios impuestos por una sociedad mojigata, conservadora, apegada a la tradición y con una mirada que estigmatiza la apariencia de las personas. Nos encontramos ambos: Leifer Hoyos y PRIMITIVE COLORS.

Leifer, un artista que rompe paradigmas de género, y PRIMITIVE COLORS, que rompe los paradigmas de la moda en el vestuario. Ambos investigadores del cuerpo/vestido y su papel en las sociedades contemporáneas. Antes de esto, Leifer ya nos tenía referenciados cuando teníamos el punto de venta en el centro de la ciudad de Medellín; siendo el estudiante de artes, veía nuestras vitrinas, que eran instalaciones donde el vestido era una pieza de arte.

Ya se veía en él, siendo tan joven, un interés investigativo en este amplio tema del vestido. ¿En qué estéticas o no coincidieron, en los temas, en las obsesiones, en las propuestas, problema, en la dimensión del vestuario, la vestimenta, la creación y relevancia de este mundo tan interesante que es necesario mostrar o no y por qué?

Tenemos diferentes intereses estéticos y plásticos. Leifer propone una estética Neobarroca y Rococo en sus piezas vestimentarias, y PRIMITIVE colors tiene su origen en la recuperación del patrimonio textil olvidado y borrado por los desarrollos tecnológicos en el campo de la moda; propone una estética urbana y contemporánea en diálogo con todos los tiempos, creando piezas únicas, atemporales, ajenas al fenómeno moda y muy cercanas a la naturaleza. Ambos con una mirada historicista acerca del cuerpo/vestido, lo que ha generado un feliz encuentro y una sinergia creativa muy valiosa.

¿Desde dónde ya podrían decirnos ustedes cómo decidieron y por qué y para qué participar en este proyecto de “Ornamentarios”, qué los hizo decidir positivamente esa participación y qué le incrustaron e involucraron a la misma propuesta de Leifer Hoyos?

Primero, porque somos uno de los referentes artísticos que Leifer reseña en su investigación sobre el vestido en contexto local de Medellín, y segundo, porque fuimos invitados por el artista para navegar en esta fascinante aventura creativa, un trabajo colaborativo en cocreación con Leifer Hoyos y Laura Saldarriaga.

El aporte de Primitive Colors a esta propuesta está representado en el acumulado de 25 años de experiencia en el desarrollo de nuevas técnicas textiles, en esa capacidad explorativa e investigativa característica de la marca, pero la fortaleza de este proyecto radica en los aportes, el diálogo, en la escucha, en la sensibilidad, en la confianza, en el cariño y en el respeto de todo el equipo creativo.

Todo esto fue necesario para la intervención de 20 prendas de vestir de segunda mano, procedentes de la Plaza Minorista de Medellín que una vez intervenidas en nuestro taller retornaron a este mismo contexto, en la Performance “Ornamentarios”

¿Consideran ustedes que es necesario formar estas comunidades estéticas, de intercambio e interlocución con otros artistas, con otras estéticas, como manteniendo una comunidad momentánea, o concretándola con más estabilidad hacia el futuro? ¿Qué dicen ustedes sobre esas relaciones formativas de comunidades estéticas? Esta es una reflexión muy pertinente en el arte de vanguardia; los colectivos artísticos permiten la interacción, la retroalimentación y el crecimiento tanto a nivel conceptual como filosófico, estético y plástico; es un diálogo de saberes de historias personales vividas en el contexto contemporáneo de nuestra ciudad, país y continente.

No es el artista solipsista encerrado en su taller creando en solitario, creemos que la interacción con otros creadores (artistas, diseñadores, filósofos, sociólogos, antropólogos y en general, todos los profesionales de las ciencias humanas) es fundamental para que las propuestas artísticas sean holísticas, interdisciplinares y cobren sentido en el marco de las relaciones humanas.

¿En qué o desde qué inclinación de interés, condicionado por qué intención, se dio en ustedes el deseo, desde su estética o estéticas, de hacer esta intervención participación, en “Ornamentarios”, en la Plaza Minorista de Medellín (Plaza de mercado), por qué y para qué? La acción performática en la Central Minorista nos interesó mucho porque es un espacio caótico cotidiano, con un colorido único dado por frutas, verduras, ramas, flores, carne, prendas, excedentes industriales; todo contribuía a una puesta en escena dentro de la vida cotidiana, era romper la lógica diaria del espacio y convertirlo en una pasarela “real” no artificiosa, encumbrada, elitista, como las pasarelas tradicionales.

Dice el artista Genaro Celant, en un brillante ensayo que tituló: ¿Corta es pensar qué: (…) el vestido reivindica un carácter chamánico, sirve para exorcizar, reduciéndola a organización perfecta, la presencia de lo social, representado por el caos de la política y la naturaleza invasiva de los medios; qué podría decirnos desde allí, en relación o no, con lo que ustedes, buscan proponer, presentar y proyectar en estas construcciones que realizan desde y con Primitive Colors; porque sí o por qué no, o que es lo nuevo en esta creación de “Ornamentarios”, en sus principios como artistas y como miembros y fundadores de Primitive Colors?


A diferencia del mundo de la moda, que pretende mostrar un mundo perfecto, ocultando el caos humano, Primitive Colors no pretende ocultarlo; por el contrario, lo hace evidente, y ese mismo caos es el insumo para la creación artística. El acto performático en Primitive Colors acaece en cuanto el individuo viste su cuerpo con nuestras prendas. En este momento nace el cuerpo/vestido que habla del sujeto que lo habita y que comienza a habitar la ciudad, a transitarla, que comienza a interpelar a los otros sujetos con nuestras prendas; es allí, en la cotidianidad, donde estas cobran sentido, generando una experiencia estética en quienes las visten y quienes las observan; es la estética de lo cotidiano, de la vida misma; no es en una galería o museo que acaece el acto performático, sino en las calles de la ciudad.

Es el acto performático de vestirse para la vida, para la existencia; es tomar conciencia de que cada día se puede convertir en una experiencia estética. Primitive Colors propone sacar el arte de las galerías y museos y ponerlo a habitar la ciudad a través del cuerpo/vestido, que se convierte en el actor principal del acto performático de vestir, de existir en el día a día, en la cotidianidad.

Y el vestido entra aquí. Proponemos cuestionarse: ¿Qué he visto? ¿Por qué? ¿Sigo tendencias de moda que serializan y uniforman apariencia y formas de pensar? ¿O he visto una prenda que está concebida y se percibe como obra de arte funcional, para la cotidianidad, con la cual me identifico, habla de mí, de lo que soy? Es la vida misma como obra de arte. Es mi cuerpo/vestido como obra de arte que me genera y genera en el otro una experiencia estética.

“Ornamentarios” nos permitió mirar de otra manera la silueta del vestido; no diferenciar entre prenda masculina y femenina, sino, podríamos decir, una silueta “andrógina”, que no tiene sexo definido y que puede ser usada tanto por un hombre como por una mujer. De hecho, ya varios de nuestros usuarios se habían atrevido a vestir prendas femeninas. También nos permitió revisar nuestro archivo de técnicas textiles; podríamos decir que de toda la investigación desarrollada durante los últimos 25 años habíamos usado un 10%. Fue entonces una oportunidad para expandir nuestras posibilidades artísticas.

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