En un significativo avance para el bienestar estudiantil, la Universidad de Medellín celebró la graduación de su primera cohorte de Promotores de Salud Mental. Este grupo, integrado por 20 estudiantes de diferentes programas de pregrado, es el resultado de una iniciativa liderada por Bienestar Universitario que busca abordar de manera proactiva los desafíos emocionales que enfrentan los jóvenes en el entorno académico.
Un programa pionero para una necesidad urgente
La formación de estos promotores, que constó de 12 sesiones, incluyó conceptos básicos de salud mental, estrategias de autocuidado y técnicas de apoyo para situaciones de crisis. Esta iniciativa se enmarca en el programa “Universidad como Entorno Protector de la Salud Mental”, cuyo objetivo es no solo sensibilizar sobre la importancia de la salud mental, sino también proporcionar herramientas prácticas para identificar y enfrentar factores de riesgo y fortalecer los de protección.
Claudia Flórez, psicóloga de la institución, destacó el impacto del programa. “Lo que esperamos es que nuestros jóvenes se acerquen tanto al concepto como a la práctica para el cuidado de ellos mismos y del otro. Estas capacitaciones se seguirán brindando, y nuestro propósito es que se institucionalicen dentro de la Universidad como una estrategia permanente”, señaló.
Primera línea de apoyo en salud mental
El programa incluyó formación en primeros auxilios psicológicos, un recurso clave para manejar situaciones como estrés, ansiedad, problemas familiares o dificultades en la adaptación a cambios. Según los participantes, estas herramientas son especialmente valiosas en un contexto post-pandemia, donde los desafíos emocionales entre los estudiantes han aumentado.
Ángela Monsalve, estudiante de Derecho y una de las promotoras formadas, subrayó la importancia de este aprendizaje: “El curso nos preparó para brindar apoyo tanto en situaciones colectivas como individuales, además de reforzar el autocuidado. La salud mental es una necesidad actual, y conocer estas técnicas nos permite estar listos para ayudar”.
Joshuar Daniel Atehortúa, también estudiante de Derecho, enfatizó el impacto transformador del programa: “Es fundamental que la Universidad nos capacite más allá de nuestras carreras, dándonos herramientas para afrontar y apoyar en temas de salud mental. Ahora sabemos cómo identificar situaciones de riesgo y cómo actuar para ayudar a quienes lo necesitan”.
Hacia una comunidad universitaria más solidaria
El éxito de esta primera cohorte marca el inicio de un camino hacia la institucionalización de este programa. En el próximo semestre, se espera la formación de una segunda cohorte y el fortalecimiento de las habilidades prácticas de los actuales promotores.
Con este proyecto, la Universidad de Medellín no solo aborda una necesidad crítica de la comunidad universitaria, sino que también fomenta una cultura de solidaridad y bienestar integral.
En un mundo donde los desafíos emocionales son cada vez más frecuentes, esta estrategia busca construir un entorno protector que permita a los estudiantes desarrollarse plenamente, tanto en lo académico como en lo personal.