La Selección Colombia de Fútbol rechazó una invitación directa del presidente Gustavo Petro para un homenaje planeado en honor a uno de sus jugadores más destacados, Palacio.
La decisión provino directamente de los jugadores, quienes expresaron su deseo de evitar recibimientos oficiales y, especialmente, de no ser utilizados con fines políticos.
Los futbolistas optaron por una llegada discreta a Bogotá, con varios de ellos eligiendo quedarse en otros destinos o viajar con sus familias.
El contexto de esta decisión también incluye la reciente controversia relacionada con Ramón Jesurúm, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, cuya cercanía con los jugadores ha sido notablemente afectada por diversos incidentes.
Por otro lado, defensores de la autonomía del deporte frente a la política han respaldado la postura de la Selección Colombia, argumentando que la decisión de participar o no en eventos de este tipo debería ser exclusivamente una decisión del equipo y sus directivos, sin intervención gubernamental directa.
Mientras tanto, los aficionados y observadores del deporte nacional continúan debatiendo sobre el equilibrio delicado entre el deporte, la política, los bochornosos hechos cometidos por hinchas en el estadio MeetLife y la reciente participación de la Selección en la Copa América.
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