La Organización de las Naciones Unidas anunció este lunes una profunda reducción en sus operaciones humanitarias globales debido a los recortes presupuestarios más severos registrados hasta la fecha en el sector.
El nuevo plan, descrito como una “hiperpriorización” de la ayuda, busca recaudar $29.000 millones de dólares, en contraste con los $44.000 millones solicitados inicialmente en diciembre de 2024.
Según informó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA, el objetivo es atender a 114 millones de personas con necesidades críticas de supervivencia, priorizando las zonas del mundo donde las condiciones humanitarias son más extremas, clasificadas en niveles 4 y 5 de gravedad.
Hasta mediados de 2025, la ONU solo ha recibido $5.600 millones de dólares, lo que representa menos del 13 % del total requerido. Este déficit se atribuye a la drástica disminución del financiamiento por parte de países tradicionalmente donantes, como Estados Unidos, en un contexto de incertidumbre económica global.
“Nos hemos visto obligados a hacer un triaje de la supervivencia humana”, afirmó Tom Fletcher, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU. “Las matemáticas son crueles y las consecuencias desgarradoras. Demasiadas personas no recibirán el apoyo que necesitan, pero salvaremos tantas vidas como nos permitan los recursos disponibles”, agregó.
El plan no reemplaza el Panorama Humanitario Global 2025, que sigue vigente, sino que lo reorganiza para concentrar los esfuerzos en los contextos más urgentes, como los conflictos en Sudán, Gaza, Myanmar y la República Democrática del Congo.
La respuesta humanitaria continuará centrada en la protección de los derechos y la dignidad de las personas afectadas, incluyendo la entrega de asistencia monetaria directa cuando sea posible, para que las comunidades decidan sobre sus necesidades prioritarias.
Fletcher hizo un llamado a la comunidad internacional, “Todo lo que pedimos es el 1 % de lo que se gastó el año pasado en guerras. Esta no es solo una petición de fondos, es un llamado a la responsabilidad global, a la solidaridad humana y al compromiso con el fin del sufrimiento”.
La OCHA reiteró que se encuentra trabajando con sus socios para asegurar que cada recurso disponible tenga el mayor impacto posible.