La Policía Federal de Brasil presentó este jueves una acusación formal contra el expresidente Jair Bolsonaro, señalándolo como partícipe de un intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.
El documento, de más de 700 páginas, detalla una trama que incluía planes para derrocar y asesinar al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, y al vicepresidente Geraldo Alckmin, en un intento de evitar la posesión del líder izquierdista.
El caso será analizado por el Supremo Tribunal Federal (STF), encabezado por el juez Alexandre de Moraes, antes de ser remitido a la Fiscalía General del Estado, que decidirá los cargos definitivos.
Según la investigación, Bolsonaro mantuvo reuniones secretas con altos mandos militares, exministros y asesores para discutir estrategias golpistas. Sin embargo, la falta de apoyo de los comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea frustró sus planes, quedando solo con el respaldo del entonces comandante de la Marina, Almir Garnier Santos.
Entre los acusados también figuran figuras clave de su administración, como el exministro de Defensa Braga Netto y otros altos funcionarios, quienes enfrentan cargos por intento de abolir el Estado democrático, golpe de Estado y organización criminal.
La Policía Federal aseguró que las pruebas se obtuvieron mediante la ruptura de secretos bancarios, telefónicos y fiscales, así como a través de registros e incautaciones autorizadas por el Poder Judicial.
Bolsonaro desestimó las acusaciones, calificando las investigaciones lideradas por Alexandre de Moraes como un acto de «creatividad judicial» y aseguró que la verdadera pelea comenzará en la Procuraduría General de la República.
Mientras tanto, aliados del exmandatario buscan en el Congreso una amnistía que podría eximirlo a él y a otros implicados de los cargos relacionados con los hechos del 8 de enero de 2023, cuando simpatizantes bolsonaristas invadieron y vandalizaron edificios gubernamentales en un acto que marcó el inicio de esta polémica judicial.
