La comunidad multilateral en América Latina comienza a posicionar al ex presidente de Colombia, Iván Duque, como una de las opciones más sólidas para asumir la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El exmandatario, ampliamente conocido por su postura firme contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, cuenta con el respaldo de figuras políticas clave en Estados Unidos, un factor decisivo en el contexto actual tras la elección de Donald Trump como presidente y el nombramiento de Marco Rubio como Secretario de Estado.
La posibilidad de Duque para liderar la OEA gana fuerza dentro de la diplomacia regional, especialmente dada su relación cercana con Rubio, un defensor de las políticas de línea dura contra Venezuela y aliado en la defensa de democracias en el continente. Aunque esta candidatura no contaría con el respaldo directo del actual gobierno de Colombia, encabezado por el presidente Gustavo Petro, Estados Unidos ha estado considerando la opción de que países aliados, como República Dominicana o Costa Rica, presenten la postulación de Duque, asegurando así una coalición en torno a la candidatura.
Esta estrategia permitiría mantener la imparcialidad y evitar el conflicto directo con el gobierno de izquierda en Colombia, donde Petro ha utilizado la figura de Duque como un chivo expiatorio para las dificultades y la inoperancia en su propia gestión.
Cercanía con Estados Unidos y proyección de una OEA con mayor liderazgo
El interés por ver a Duque en la OEA refleja el cambio en el escenario diplomático en Washington, con la administración Trump buscando reforzar su influencia en la región a través de líderes alineados con su visión.
La llegada de Rubio al Departamento de Estado abre una ventana de oportunidad para que Duque, con una agenda clara contra los regímenes autoritarios, impulse temas clave en la OEA, entre ellos la protección de la democracia, los derechos humanos y una posición regional más definida contra gobiernos como el de Venezuela y Nicaragua.
Si bien Duque sigue siendo un candidato en el “sonajero”, la especulación ya ha trascendido a la prensa internacional, lo que genera expectativa en países que han sido críticos de la inacción de la OEA ante las crisis políticas en la región. Además, su posible liderazgo en la organización permitiría a Colombia mantener una fuerte influencia en el organismo, a pesar de la diferencia ideológica con el gobierno actual de Petro.
Un proceso rodeado de tensiones políticas en Colombia
La postulación de Duque a la OEA refleja las complejidades políticas que se desarrollan en el interior de Colombia y en su relación con Estados Unidos. La postura crítica de Petro hacia Duque complica que Colombia impulse su candidatura directamente, lo que convierte en estrategia que otros países amigos, con respaldo estadounidense, tomen la delantera en la nominación. Esto podría mantener la unidad en la OEA y proyectar a Duque como un líder interamericano capaz de aglutinar una coalición de países comprometidos con la defensa de la democracia en América Latina.
Aunque no hay una confirmación oficial, el respaldo a Duque podría consolidarse en las próximas semanas y fortalecer la influencia de Estados Unidos en la organización, creando un contrapeso efectivo a las tendencias autoritarias en la región.