El incremento del salario mínimo en Colombia originó nuevas reacciones en el escenario político nacional y motivó pronunciamientos de varios precandidatos presidenciales de la oposición, quienes expusieron sus posiciones frente a los posibles impactos laborales, económicos y sociales de la medida.
Juan Carlos Pinzón, exministro y candidato presidencial, señaló que “El aumento del salario mínimo en 23% puede sonar bien, pero en la realidad pone en riesgo el empleo formal de millones de colombianos. Con una informalidad que ya supera el 55%, esta decisión puede empujar a más personas a la precariedad. Colombia necesita más empleo formal, no más improvisación. Porque mereces algo mejor”.
David Luna, también precandidato, afirmó que “Así de difícil se ha vuelto hacer política responsable: quien advierte los riesgos queda como un insensible que no quiere que los que menos ganan vivan mejor; y quien toma decisiones irresponsables, aunque aumente la desigualdad y la pobreza, aparece como el héroe que ‘sí se atrevió’.”
Entre los pronunciamientos conocidos, el precandidato Mauricio Cárdenas se refirió a los efectos económicos que, según él, podría generar el incremento. En su declaración expresó que “Es natural que al subir el salario mínimo y el subsidio de transporte a dos millones de pesos, un incremento del 23 por ciento, muchas personas que viven con un salario mínimo sienten un alivio y va a generar aplausos. Y seguramente la intención de Petro es que le genere votos el año entrante. Pero la función de un líder no es esa. La función de un líder es hacerlo responsable. ¿Y qué pasa? Colombia no es un país que esté creciendo. La productividad no está aumentando. No existe más capacidad económica para pagar más salarios. Por el contrario, al tendero, al empleador, pequeño, mediano o grande, que lo ponen a pagar ese salario, simplemente dice mis números y mis cuentas no me dan y acaba despidiendo. Y muchos trabajadores terminarán en la informalidad ganando menos del salario mínimo, sin beneficios, sin prestaciones».
Adicionalmente, Cárdenas agregó: «Ese es el costo de lo que se está haciendo. Pero Gustavo Petro se gana los aplausos que son efímeros. ¿Por qué? Porque los costos sí son duraderos. Los costos se van a quedar por mucho tiempo. Desempleo, informalidad. Y además un aumento del salario mínimo se traduce en inflación. Más tasa de interés. Al final del día, un mal resultado económico. El populismo económico genera exactamente eso.”
Sergio Fajardo, también precandidato, planteó su postura frente al contexto económico y fiscal del país. En su mensaje indicó que “Menú de fin de año: Asamblea Constituyente+emergencia económica + endeudamiento a tasas de interés desproporcionadas de la deuda pública + aumento desbordado del salario mínimo. Nada raro. Hace rato que este gobierno tiró al mar las llaves de la concertación y de la construcción de acuerdos. Ni siquiera los sindicatos que representan a trabajadores formales pidieron un alza de esas proporciones. Las consecuencias se verán y pagarán más tarde, y Petro, por supuesto, no estará para responder. Seguro que millones de hogares que dependen de un salario mínimo mejorarán su calidad de vida pero no todo es fiesta. Los informales y desempleados tendrán más dificultades encontrando empleos decentes, las micro y pequeñas empresas se verán duramente golpeadas. El gasto público aumentará en varios billones de pesos sobre un déficit fiscal ya desproporcionado y alguien tendrá que pagarlo».
Fajardo concluyó diciendo: «Ya conocemos la siguiente escena: cuando los jueces cuestionen una decisión improvisada, cuando el Banco de la República se vea obligado a encarecer los créditos y el próximo Gobierno deba apretarse el cinturón, la culpa será de ellos que ‘no lo dejaron’, no de su irresponsabilidad. No caigamos en la trampa. Si queremos mejorar realmente los ingresos de todos los colombianos, solo hay una solución y es política. Se aumenta la polarización de los extremos o Adelante con Fajardo. Cada día crece la Nueva Mayoría por fuera de los extremos.”
Con lo anterior, el debate sigue abierto sobre el incremento del salario mínimo y sus efectos en trabajadores formales e informales, así como en pequeñas, medianas y grandes empresas, dentro de la discusión nacional sobre el mercado laboral y la economía del país.



