El llamado del presidente Gustavo Petro a sus ministros para que respalden con su firma un decreto que convoca a una consulta popular ha generado un profundo malestar en el interior del gabinete. La propuesta ha sido recibida con escepticismo por parte de altos funcionarios, debido a las posibles implicaciones de inconstitucionalidad que dicho acto podría acarrear.
La principal preocupación radica en que, según expertos, el decreto vulneraría la separación de poderes, al pretender omitir la función legislativa del Congreso de la República. Voces críticas han calificado esta iniciativa como un “decretazo” que podría configurar un uso autoritario del poder presidencial. En este contexto, el abogado Abelardo de la Espriella advirtió que los ministros que firmen el documento podrían incurrir en delitos penales. Asimismo, la jurista y periodista Julia Correa Nuttin recordó que podrían ser acusados de prevaricato, un delito que castiga la expedición de actos administrativos contrarios a la ley.
La tensión ha escalado al punto de que algunos ministros han expresado dudas sobre la legalidad del procedimiento. Según conoció IFMNOTICIAS, incluso se llegó a enviar un mensaje desde la Dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia, encabezada por Angie Rodríguez, en el que se convocaba a los ministros a firmar el decreto en la Casa de Nariño. Sin embargo, el mensaje fue eliminado minutos después, lo que evidenciaría la incertidumbre y el temor que existe dentro del Ejecutivo.
Fuentes cercanas al gobierno señalan que varios ministros estarían considerando renunciar si se mantiene la presión para apoyar el decreto. La inquietud entre los funcionarios es tal que muchos no se sienten jurídicamente protegidos ante un eventual cuestionamiento de sus actos por parte de la justicia. Esto ha llevado a que la firma del decreto se retrase, mientras en los círculos políticos y judiciales se advierte que, de concretarse, podría generar una crisis institucional.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, sería quien estaría liderando la estrategia para que el gabinete respalde la iniciativa. A pesar de ello, el temor entre los altos funcionarios es evidente y plantea un escenario de tensión interna sin precedentes en el gobierno del presidente Petro