Este miércoles 9 de julio, miles de fieles en Colombia celebran el Día de la Virgen de Chiquinquirá, la «Patrona de Colombia», cuyo milagro se remonta a siglos atrás y sigue siendo un símbolo de fe y esperanza en el país y más allá de sus fronteras.
El milagro de la Virgen de Chiquinquirá, ocurrido el 26 de diciembre de 1585, fue un hecho extraordinario que marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de la venerada imagen. Según la historia, María Ramos, una mujer devota, estaba rezando ante el cuadro de la Virgen cuando presenció un fenómeno inexplicable: la tabla de la imagen cobró vida, recobrando su esplendor original. Este milagro, que ha sido transmitido de generación en generación, consolidó la devoción popular hacia Nuestra Señora del Santo Rosario de Chiquinquirá.
Desde entonces, la Virgen de Chiquinquirá ha sido considerada una protectora de los oprimidos y una fuente de consuelo para quienes enfrentan dificultades. Su imagen, venerada en la región norte de los Andes, ha sido durante siglos la patrona más venerada de Colombia, especialmente en la zona que abarca los departamentos de Boyacá y Cundinamarca, pero también ha trascendido hacia Venezuela, donde la devoción a la Virgen es igualmente fuerte.
A lo largo de los años, la Virgen de Chiquinquirá ha sido un símbolo de fe y esperanza, una fuente de fortaleza para quienes atraviesan momentos de incertidumbre. Hoy, como cada 9 de julio, miles de colombianos y latinoamericanos se agrupan en su santuario en Chiquinquirá, en Boyacá, para rendir homenaje a esta figura sagrada que ha acompañado a tantas generaciones a lo largo de los siglos.