El presidente Gustavo Petro abandonó el Salón Elíptico del Capitolio Nacional el pasado domingo 20 de julio, luego de escuchar la réplica de la representante a la Cámara Lina María Garrido. El mandatario, visiblemente incómodo, se retiró sin esperar las intervenciones completas de la oposición, generando una oleada de críticas y aumentando la tensión política que ya se vivía durante la instalación del último año legislativo.
El detonante fue el encendido discurso de Lina María Garrido, del Partido Cambio Radical, quien con un tono firme y sin rodeos cuestionó duramente la gestión del mandatario. “Después de tres años, no hay un solo logro que mostrar”, afirmó, en alusión al balance presentado por Petro en su intervención anterior.
La Congresista también denunció el aumento de la violencia, la corrupción dentro del gobierno y lo acusó de traicionar las banderas sociales con las que llegó al poder: “Usted utilizó e instrumentalizó a la vicepresidenta Francia Márquez… la traicionó”.
Las palabras de Garrido generaron una reacción inmediata en el recinto. Mientras los congresistas del Pacto Histórico intentaban contrarrestar la crítica alzando los puños, desde la oposición se escucharon fuertes gritos de “¡Mentiroso!” y “¡Fuera Petro!”.
La presión en el ambiente fue tal, que el jefe de Estado optó por salir rápidamente junto a su comitiva. En medio del desconcierto, Lina Garrido remató con ironía: “Le di tan duro que tuvo que salir corriendo. ¡Cobarde!”.
Este abandono del recinto por parte del mandatario de los colombianos ha sido interpretado como una muestra de debilidad frente al creciente rechazo ciudadano y político.
Aunque Petro intentó defender su gestión destacando avances económicos y sociales, su salida del Congreso dejó en evidencia el nivel de desgaste que enfrenta su gobierno. La negativa a escuchar las voces de la oposición, especialmente en un escenario institucional como el Congreso, refuerza la percepción de desconexión con la crítica democrática.
La escena protagonizada por Lina María Garrido no solo puso en jaque al presidente, sino que la posicionó como una de las principales voces de oposición en el país. Su intervención sintetizó el malestar que sienten muchos sectores frente a la gestión del actual gobierno. El retiro del presidente en plena sesión legislativa no solo marcó la jornada, sino que se convirtió en símbolo de un mandato que, a un año de finalizar, enfrenta serias dificultades para sostener su legitimidad y gobernabilidad.
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