En un controvertido movimiento diplomático, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, bajo la dirección de Luis Gilberto Murillo, anunció el nombramiento de cinco nuevos embajadores que representarán al país en Australia, Bélgica, Guyana, Panamá y Rumania.
Entre los designados se encuentra Fabio Alejandro Mariño Vargas, excomandante de la extinta guerrilla del M-19, lo que ha generado críticas en algunos sectores del país.
El 23 de octubre de 2024, la Cancillería expidió los decretos que oficializan estas designaciones. Grayvern Livingston fue nombrado como embajador de Colombia ante Guyana, según el decreto 1287 de 2024. Livingston es un académico con una sólida trayectoria en estudios del Caribe y asuntos relacionados con identidades étnicas y conflictos territoriales.
Por su parte, el decreto 1288 confirmó el nombramiento de Fabio Alejandro Mariño Vargas como embajador de Colombia en Panamá, reemplazando a Mauricio Vaquero, quien había sido señalado por una denuncia de acoso sexual.
Mariño Vargas, conocido en sus años de militancia en el M-19 como «Comandante Hipólito Blanco», ha seguido una carrera política tras su desmovilización, siendo concejal de Cali y participando en los acuerdos de paz de 1990. Su nombramiento ha sido criticado dada su antigua militancia insurgente.
Designaciones adicionales y expansión diplomática
Junto a estos nombramientos, el gobierno de Gustavo Petro también designó a Daniel Ernesto Prado Albarracín como Embajador ante Bélgica, Diego Felipe Cadena Montenegro en Australia, y Divia Cepeda Rojas para Rumania.
Estos nombramientos forman parte de la estrategia del gobierno Petro para fortalecer las relaciones internacionales de Colombia en diversas regiones del mundo.
Estos nuevos embajadores se suman a otros recientes nombramientos, como el de Gustavo Makanaky en Japón, quien se ha convertido en el primer afrocolombiano en ocupar el cargo de embajador en dicho país, marcando un hito en la diplomacia colombiana.
Críticas y polémicas por los nombramientos
El nombramiento de Fabio Mariño ha sido el más cuestionado debido a su pasado como integrante del M-19. Aunque Mariño ha ocupado cargos públicos en varias administraciones, como la de Gustavo Petro en Bogotá, su llegada a un puesto diplomático de alto perfil reavive el debate sobre la presencia de exguerrilleros en posiciones clave del gobierno.
Además, la designación de Mariño se suma a otras decisiones del Gobierno Petro que han provocado reacciones encontradas, especialmente en un contexto donde se busca consolidar un enfoque de «Paz Total» mientras se enfrentan tensiones políticas y sociales tanto dentro como fuera del país.
Estos movimientos en la diplomacia colombiana muestran la intención del Gobierno de fortalecer su representación internacional, aunque no sin generar polémicas que, en el caso de Mariño Vargas, reviven fantasmas del pasado.