Hace algunas horas, Estados Unidos interceptó un barco petrolero cerca de las costas venezolanas, en una operación calificada como “inusual”, ejecutada por la Guardia Costera y la Marina, según informó la Casa Blanca.
Por medio de un comunicado, el ministro de Exteriores, Yván Gil, señaló que la República Bolivariana de Venezuela denunció y rechazó de manera firme lo que calificó como: “un robo descarado y un acto de piratería internacional, anunciado públicamente por el presidente de los Estados Unidos, quien admitió el asalto de un buque petrolero en el mar Caribe”.
De igual manera, se indicó que esta no era la primera vez que se hacía una afirmación de ese tipo, ya que, según el comunicado, en su campaña de 2024 manifestó abiertamente que su objetivo siempre había sido quedarse con el petróleo venezolano sin ofrecer ninguna contraprestación: “dejando claro que la política de agresión contra nuestro país responde a un plan deliberado de despojo de nuestras riquezas energéticas”, como expresó el ministerio.
Así mismo, se indicó que esto constituía un nuevo acto que se sumaba al caso de Citgo, el cual, explicaron, era un importante activo del patrimonio estratégico de los venezolanos, que, denunciaron, fue tomado mediante mecanismos judiciales considerados fraudulentos y al margen de cualquier norma.
Por otra parte, y basándose en la denuncia, se afirmó que con estas acciones quedaban en evidencia las razones que, según Venezuela, han motivado la agresión prolongada contra el país.
Se sostuvo que no se trataba de migración, narcotráfico, democracia ni derechos humanos, ya que, según el comunicado, “siempre se trató de nuestras riquezas naturales, de nuestro petróleo, de nuestra energía, de los recursos que pertenecen exclusivamente al pueblo venezolano”.
Cabe recordar que desde días recientes, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha mantenido un enfrentamiento con el presidente Nicolás Maduro, señalando que desde este país presuntamente se estaría favoreciendo a grupos dedicados al terrorismo y al narcotráfico.
En ese mismo contexto, se informó que el gobierno estadounidense también ha interceptado embarcaciones que se desplazan por el mar Caribe, bajo el argumento de que sus tripulantes pertenecen a organizaciones dedicadas a economías ilícitas.
A la fecha, de acuerdo con información oficial, van 87 personas fallecidas en medio de estos operativos. Así mismo, semanas atrás, el testimonio de un colombiano herido en estos incidentes se hizo público y sostuvo que no tenía vínculos con ningún grupo al margen de la ley; incluso, luego de su recuperación en la capital de Colombia, no fue objeto de investigación, según medios internacionales.
Lo anterior generó cuestionamientos, ya que organizaciones de derechos humanos han insistido en dudas sobre la legitimidad de estas acciones contra personas sin relación con confrontaciones armadas. Incluso la ONU indicó que los ataques a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico eran injustificables.
Por otra parte, Trump declaró a medios de comunicación sobre el operativo: “Acabamos de incautar un petrolero en la costa de Venezuela, uno grande… el más grande que se haya incautado jamás”, afirmó.
De acuerdo con información oficial, el buque, identificado como Skipper, había zarpado de Venezuela con dos millones de barriles de crudo. Hasta el momento se han presentado diversas reacciones sobre lo ocurrido, incluida la del canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, quien expresó que denunciaba firmemente la escalada de acciones del gobierno de EE. UU. contra Venezuela.
“Condenamos el acto de piratería y la incautación por fuerzas militares de ese país de un buque con petróleo venezolano, lo que contraviene las reglas del libre comercio y la libertad de navegación, en violación del Derecho Internacional”, afirmó Rodríguez.









