La Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional continúan avanzando en las investigaciones sobre el atentado perpetrado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. Desde Medellín, la fiscal general Luz Adriana Camargo y el director de la Policía Nacional, mayor general Carlos Fernando Triana, ofrecieron desde Medellín una rueda de prensa conjunta en la que dieron a conocer nuevas revelaciones sobre la estructura criminal detrás del ataque.
Una de las piezas centrales del rompecabezas investigativo es alias Chipi, señalado como un actor determinante en la planeación y ejecución del atentado. Según las autoridades, se trata de un delincuente con más de dos décadas de trayectoria criminal, conocido también con el alias de Costeño. Su vínculo con alias El Hermano, capturado recientemente, se habría consolidado durante una estadía en prisión, lo que refuerza las sospechas sobre una red con experiencia y capacidad logística para ejecutar acciones violentas.
El general Triana indicó que alias El Hermano desempeñaba funciones de coordinación criminal, incluyendo el traslado y las instrucciones logísticas para el ataque. Precisamente, los registros en poder de las autoridades muestran que alias Chipi estuvo en la zona de los hechos a las 5:14 p. m., momento en el que se encontró con alias Andrea y el menor sicario. Posteriormente, los trasladó en un vehículo hasta el parque del barrio Modelia, donde ocurrió el atentado. Más tarde, se le vio caminando en compañía de una mujer identificada como Katherine, alias Gabriela.
Con base en estos movimientos y las pruebas recolectadas, la Fiscalía ha construido un organigrama más detallado que vincula a varios individuos con roles específicos en el ataque. Dos de los implicados ya fueron identificados y judicializados. Sin embargo, alias Chipi permanece prófugo, por lo que las autoridades ofrecieron una recompensa de hasta $300.000.000 millones de pesos por información que conduzca a su captura.
La línea de tiempo detallada presentada por la Fiscalía permite observar con claridad la coordinación de los implicados antes, durante y después del ataque, lo que refuerza la hipótesis de un plan estructurado y con móviles aún en investigación.
