El expresidente boliviano Evo Morales enfrenta una orden de captura emitida por la Fiscalía de Tarija por acusaciones de trata de personas agravada. Según las investigaciones, Morales habría mantenido una relación con una adolescente de 15 años en 2015, lo que resultó en el nacimiento de una hija en 2016.
La madre de la menor también está acusada de haber facilitado la relación entre su hija y el entonces mandatario presuntamente a cambio de un beneficio económico. El padre de la joven, quien también habría participado de este acuerdo, está bajo detención preventiva.
La fiscal departamental Sandra Gutiérrez confirmó la imputación formal contra Morales, quien no compareció tras ser citado a declarar. Además, se activó una alerta migratoria para evitar su salida del país. Gutiérrez subrayó que el proceso busca garantizar justicia para la víctima, mientras que la defensa de Morales sostiene que no ha sido notificado oficialmente.
Morales ha denunciado una supuesta persecución política y asegura que las investigaciones son parte de una estrategia del gobierno de Luis Arce para eliminarlo de la carrera presidencial de 2025. En contraste, la Fiscalía argumenta que la acusación está sustentada en evidencia, incluyendo documentos oficiales que confirman el vínculo.
La Fiscalía solicitó la detención preventiva por seis meses en una cárcel pública mientras se avanza en el caso, que podría derivar en penas de hasta 15 años de prisión si se confirman los cargos.
Este es el segundo mandato de aprehensión contra el exmandatario por este caso, después de que una orden previa fuera anulada en septiembre por recursos legales. Morales permanece resguardado en el Chapare, una región de fuerte apoyo hacia su liderazgo, lo que ha complicado la ejecución de la orden.