Mientras el conflicto entre Irán e Israel continúa en su segunda semana, ministros de Relaciones Exteriores europeos mantendrán conversaciones este viernes en Ginebra con representantes del gobierno iraní, en un intento por evitar una mayor escalada y reactivar las negociaciones sobre el programa nuclear de Teherán.
Actualmente, se conoce de la llegada del ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, a un hotel en Ginebra para sostener un encuentro con sus homólogos del Reino Unido, Francia y Alemania, así como con la jefe de política exterior de la Unión Europea. Esta es la primera reunión presencial entre funcionarios iraníes y representantes occidentales desde el ataque de Israel a Irán hace una semana. Antes del encuentro, Araghchi afirmó que Irán no tiene «nada que discutir» con Estados Unidos mientras continúen los bombardeos israelíes, aunque sí se mostró abierto al diálogo con otros actores, aunque sin plantear negociaciones formales.
La cita fue confirmada por autoridades de Francia, Alemania y el Reino Unido, quienes reiteraron su disposición de buscar una solución diplomática al conflicto, tras el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que tomará una decisión en las próximas dos semanas sobre una posible intervención militar.
Desde la Casa Blanca se informó que el mandatario ha aprobado planes de ataque contra Irán, pero espera una señal de abandono del programa nuclear iraní antes de actuar. Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, se reunió con su homólogo británico en Washington antes de la reunión programada en Ginebra y coincidieron en que “Irán nunca debe desarrollar ni adquirir un arma nuclear”.
En medio de las hostilidades en curso, Israel informó haber atacado instalaciones de fabricación de misiles en territorio iraní, mientras Teherán acusa a Tel Aviv de lanzar una agresión no provocada, en violación del artículo 2, párrafo 4 de la Carta de las Naciones Unidas.
Desde la madrugada del 13 de junio, las Fuerzas Armadas israelíes han ejecutado bombardeos contra zonas residenciales, centros de salud, instalaciones nucleares y otras infraestructuras, lo que ha dejado al menos 639 muertos, incluyendo 263 civiles, según cifras de la organización Human Rights Activists. En Israel, las autoridades sanitarias informan de al menos 24 muertos y cientos de heridos por ataques iraníes.
En declaraciones ante la ONU en Ginebra, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, denunció los ataques como crímenes de guerra y alertó sobre el riesgo de una catástrofe medioambiental y sanitaria si se producen filtraciones radiológicas. Afirmó que el asalto israelí interrumpió un proceso diplomático que estaba en curso, en el cual Irán y Estados Unidos tenían previsto celebrar una nueva ronda de negociaciones el 15 de junio. Aseguró que, “Fue una traición a la diplomacia y un golpe sin precedentes a los fundamentos del derecho internacional y del sistema de las Naciones Unidas”.
La reunión de este viernes en Ginebra, propuesta por Irán y aceptada por el bloque europeo, es vista por muchos como un esfuerzo para reabrir canales diplomáticos antes de que el conflicto escale a niveles mayores. Francia, a través de su presidente Emmanuel Macron, anunció la elaboración de una iniciativa junto a “socios cercanos” para encontrar una salida negociada. Desde Londres, el canciller David Lammy advirtió que existe una ventana de oportunidad diplomática de dos semanas para evitar el colapso regional.
La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, respaldó los esfuerzos multilaterales y reafirmó que la vía diplomática sigue siendo el camino más efectivo para evitar que Irán se convierta en una potencia nuclear.
En paralelo, analistas advierten que la desconfianza acumulada entre las partes y los ataques recientes dificultan el éxito de cualquier acercamiento. No obstante, diplomáticos europeos insisten en que este es un momento decisivo para evitar una guerra a gran escala.
Teherán ha reiterado que su programa nuclear tiene fines exclusivamente pacíficos. Sin embargo, el conflicto ya ha cobrado un alto costo humano y la posibilidad de que Estados Unidos se involucre directamente mantiene a la comunidad internacional en máxima alerta.
En este sentido, el futuro inmediato dependerá del curso de los próximos días. Mientras Washington sopesa una respuesta militar, Europa apuesta por una resolución diplomática que evite que el conflicto escale aún más y arrastre a toda la región.
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