Un riguroso estudio elaborado por tres de los economistas más destacados y conocedores del sector salud en Colombia, quienes hoy forman parte del equipo técnico de la Asociación Nacional de Empresarios e Industriales de Colombia (ANDI), ha revelado un panorama alarmante para el futuro del sistema de salud colombiano.
Según el informe, no se han proyectado más de 160 billones de pesos para los próximos 10 años, lo que pone en evidencia las graves deficiencias presupuestales y los riesgos que conlleva la implementación de la reforma de salud promovida por el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
El documento también advierte que las decisiones actuales en el sector no solo desencadenarán una crisis fiscal de proporciones históricas, sino que tendrán un efecto devastador sobre las entidades del sistema de salud, las cuales se verán afectadas en cascada. La consecuencia más grave, según los autores, será el impacto directo sobre los pacientes: hospitales cerrados, medicamentos inaccesibles y cirugías críticas que no podrán realizarse.
Una crisis anunciada por exministros
Los hallazgos del estudio coinciden con las advertencias realizadas por ministros que en su momento formaron parte del gabinete presidencial, pero que hoy están fuera del Gobierno, aparentemente por haber sacado a la luz estas cifras técnicas. El diagnóstico técnico confirma que las alarmas de estos exfuncionarios no eran exageradas, sino un llamado fundamentado que ahora ha sido descalificado por el Ejecutivo.
El Gobierno, en cabeza del presidente Petro, respondió al informe con una declaración polémica. Calificó las conclusiones como “anacrónicas” y reiteró su defensa de un enfoque preventivo, asegurando que “es mejor prevenir que curar, y mejor no usar los hospitales”. Sin embargo, esta respuesta ignora el núcleo del problema: la falta de recursos y la inminente desarticulación del sistema de atención.
Bruce Mac Master: “Habrá una gran mortandad de hospitales”
Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, fue contundente en su análisis:
“Si se aprueba la reforma de salud, habrá en cuatro años una gran mortandad de hospitales”.
Mac Master subrayó que el colapso del sistema será tan grave que millones de pacientes quedarán sin acceso a servicios básicos, intervenciones quirúrgicas o medicamentos esenciales. “No habrá siquiera a quién reclamarle”, agregó, señalando la fragmentación y falta de responsabilidad que resultarán de este caos.
El papel de los congresistas
La responsabilidad ahora recae sobre los congresistas, quienes tienen en sus manos el futuro de la salud en Colombia. Más allá de las discusiones ideológicas, el debate debe enfocarse en las consecuencias prácticas de una reforma que, según los economistas, empuja al sistema hacia el abismo.
La pregunta clave es si los legisladores tendrán la valentía de frenar un proyecto que, según expertos, podría convertirse en la mayor crisis sanitaria y fiscal de la historia reciente del país. En un escenario futuro de hospitales colapsados y pacientes desatendidos, los ciudadanos exigirán rendición de cuentas a quienes hoy tienen el poder de tomar decisiones.
El reloj avanza, y con él, la incertidumbre sobre si el sistema de salud podrá resistir las tormentas presupuestales y estructurales que se avecinan. ¿Escuchará el Congreso a las voces técnicas o será cómplice de un colapso anunciado?