Este jueves 17 de abril, la Iglesia Católica celebra el Jueves Santo, fecha con la que se da inicio al Triduo Pascual, el tiempo litúrgico más importante del año para los cristianos, en el que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Durante esta jornada se recuerda la Última Cena, momento crucial en el que Jesús compartió por última vez el pan y el vino con sus apóstoles antes de ser entregado. En ese acto, según la tradición cristiana, instituyó dos sacramentos fundamentales para la fe católica: la Eucaristía y el Orden Sacerdotal.
Uno de los gestos más significativos del día es el lavatorio de los pies, rito que simboliza la humildad y el servicio de Cristo hacia sus discípulos. Esta acción rememora la preparación que tuvo lugar antes de la Última Cena, y es comúnmente replicada por los sacerdotes en las eucaristías vespertinas de este día.
Aunque para muchos fieles este día evoca tristeza, dolor e incluso traición, la jornada está marcada por tres grandes acontecimientos litúrgicos. En la mañana, se celebra la Misa Crismal, una ceremonia solemne presidida por el Obispo diocesano y concelebrada por los sacerdotes de la diócesis. En la eucaristía se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos que se utilizarán en los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos. Además, los presbíteros renuevan las promesas sacerdotales realizadas el día de su ordenación.
En horas de la tarde se realiza la Eucaristía de la Cena del Señor, la cual marca el inicio formal del Triduo Pascual. Esta celebración culminará en la Vigilia Pascual, durante la noche del Sábado Santo, cuando se conmemora la Resurrección de Jesucristo en la madrugada del Domingo de Pascua.