La cosas entre los gobiernos de Rusia y Colombia están tomando un tono de “toma y dame” desde hace algún tiempo.
El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, dijo el jueves, citando datos de inteligencia, que Venezuela había desplegado sus tropas en la frontera con Colombia con la supuesta asistencia de Rusia e Irán.
Las autoridades colombianas planean discutir con la embajada rusa en Bogota temas de cooperación técnico-militar entre Moscú y Caracas, dijo el viernes el presidente colombiano, Iván Duque.
“Sin duda, tendremos la posibilidad de hablar con la misión diplomática rusa en Colombia para entender qué asistencia militar ofrece [Rusia] a Venezuela, ya que ese país tiene cierto equipo militar ruso”, dijo a los periodistas.
La embajada rusa en Bogotá calificó la afirmación de las bases rusas y la asistencia iraní del ministro Molano el jueves de irresponsable e inapropiada.
El director del departamento de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Shchetinin, dijo en septiembre de 2021 que la cooperación técnico-militar entre Moscú y Caracas tenía un carácter planificado y que la parte rusa estaba implementando sus responsabilidades en virtud de los contratos existentes para el mantenimiento del hardware.
Durante la visita del entonces canciller venezolano, Jorge Arreaza, a Rusia en junio de 2021, el canciller ruso, Sergey Lavrov, dijo que Moscú y Caracas continuaron las conversaciones sobre más suministros de armas a Venezuela en función de su demanda. Dijo que Rusia estaba lista para continuar ayudando a Venezuela a fortalecer su capacidad de defensa.
“No hay necesidad de discutir la posibilidad de establecer bases militares rusas en Cuba y Venezuela en este momento porque tales discusiones están causando tensiones globales”, dijo el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, en una entrevista con los medios de comunicación rusos.
“No creo que sea correcto hablar de eso en este momento porque, por regla general, genera inmediatamente tensiones importantes, al menos en el campo económico”, señaló.
Medvedev subrayó que el establecimiento de bases militares en otros países “depende de las decisiones soberanas de esos países”. “Tenemos ciertos acuerdos con algunos países sobre la presencia de nuestras tropas, concretamente con Siria y algunos otros estados. Sin embargo, es totalmente erróneo adelantarse y decir que queremos establecer una base en algún lugar o haber llegado a un acuerdo. en eso porque puede provocar tensiones globales”, señaló el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia.
“Con Cuba y Venezuela mantenemos estrechas relaciones, son nuestros socios, los países que tienen una política exterior independiente. Son países absolutamente soberanos. No podemos desplegar nada allí simplemente porque debe estar en consonancia con su postura geopolítica y su intereses nacionales”, enfatizó Medvedev.
Al hablar de los intereses nacionales de Cuba y Venezuela dijo que los dos países “buscan romper con su aislamiento y en cierta medida restablecer las relaciones normales con Estados Unidos”. “Es por eso que es imposible desplegar algo allí o crear una base allí, como era la práctica en la era soviética cuando teníamos un sistema de defensa común que involucra a varios países, que se basaba en una ideología común”, dijo el diputado del Consejo de Seguridad de Rusia.
Hay que recordar sin embargo un detalle que ninguna de las partes ha mencionado: el hecho que Colombia se convirtió en el socio más nuevo de la OTAN en 2017 y el primero en América Latina, y en virtud de esa asociación la Alianza Atlántica respalda los esfuerzos colombianos por desarrollar sus fuerzas armadas mientras Bogotá ofrece su experiencia en capacitación de desminado tanto a los aliados como a otros países socios.
Eso pone a Colombia en una posición, en la cual, como en cualquier tipo de relación hay obligaciones y también tiene derechos.
Dentro de las obligaciones es la asistencia militar dentro de su área de experiencia de mas de 50 años en guerra de guerrillas en diferentes escenarios además de mandar a los escenarios de una posible confrontación a unidades de las diferentes armas militares y unidades policiales para apoyar a tropas desplegadas de la Otan en cualquier parte del mundo.
Dentro de sus derechos como miembro de la OTAN es el apoyo militar en tropas y armamento militar en caso de que Colombia sea atacado por un país no miembro de la coalición, como Venezuela o Rusia.
Y ahí es donde entra a colación las posibles bases rusas en Venezuela, que su gobierno se empeña en negar su existencia y las escaramuzas que se presentan cada vez más seguidas en la frontera común con tropas militares y policiales de ambos países, sumándole la guerra que tienen las Farc disidentes y el ELN.
Es por eso que el presidente Duque quiera hablar, cara a cara, en su terreno, con el embajador ruso en Bogotá y que el ministro Molano sostenga que. en medio de todo este barullo fronterizo, el ingrediente de la asistencia de Rusia y República Islamica de Iran estén presentes.
Todo se reduce a uno de esos malos días de la Guerra Fría en los ochenta, pero el escenario ya no es el Berlín plagado de espías, ahora es el rifirrafe militar de tropas de Colombia con el apoyo de la Otan y las tropas venezolanas con el apoyo de Rusia pareciéndose demasiado a los teatros de guerra entre la Otan y la Cortina de Hierro en diferentes partes del mundo de esa época como El Salvador, Nicaragua o Afghanistan.
Mientras que las guerrillas de las Farc disidentes y el ELN en medio de su pelea, son los que pescan en río revuelto.
