El conflicto entre Rusia y Ucrania ha escalado a una nueva dimensión tras el lanzamiento de misiles ATACMS por parte de Ucrania, con el respaldo de Estados Unidos. Según informó Moscú, hasta seis de estos misiles de fabricación estadounidense impactaron una instalación militar en la región de Briansk, cerca de la ciudad de Karachev. En el lugar se almacenaban proyectiles de origen norcoreano.
En respuesta, la televisión estatal rusa divulgó un mapa con posibles objetivos de ataques nucleares en Europa, señalando ciudades como París, Praga, Berlín y Bucarest, así como bases militares estadounidenses en Alemania. Estas revelaciones se producen en medio de las declaraciones del Kremlin, que calificó el uso de los misiles ATACMS como una “nueva fase de la guerra”, alertando sobre el creciente riesgo para las naciones que apoyan a Ucrania.
La escalada ocurre bajo la administración del presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, quien recientemente autorizó el suministro de estos misiles a Ucrania como parte del respaldo militar contra Rusia. Moscú, por su parte, ha reiterado que este tipo de acciones por parte de potencias nucleares podría desencadenar una respuesta devastadora.
En este contexto, el presidente Vladimir Putin había firmado un decreto que autoriza el uso de armas nucleares contra países no nucleares si cuentan con el apoyo militar de potencias con capacidad atómica, intensificando la tensión internacional.