Durante un acto público en Garzón, Huila, el presidente Gustavo Petro afirmó que la situación general de la salud en Colombia muestra avances frente a años anteriores y que, a su juicio, la población “está viviendo mejor” en ese ámbito.
Las declaraciones se produjeron en el marco de la entrega de la E.S.E. María Auxiliadora y en medio del debate político y legislativo alrededor de la reforma al sistema de salud que impulsa el Gobierno.
Según el mandatario, al evaluar los indicadores generales y los principales vectores de enfermedad, se observa una mejoría respecto al pasado. Petro planteó que ese balance positivo convive con múltiples dificultades que siguen afectando a las familias colombianas, pero insistió en que, desde una perspectiva agregada, el estado de salud de la población ha mejorado. En sus palabras, ese escenario permitiría afirmar que el país atraviesa un momento distinto al de años anteriores en materia sanitaria.
No obstante, el presidente reconoció que los avances que menciona no son suficientes. Señaló que los resultados obtenidos hasta ahora deben intensificarse y que el proceso requiere mayor velocidad. En ese punto, vinculó de manera directa la evolución del sistema de salud con el trámite de sus propuestas en el Congreso de la República, al que atribuyó un papel determinante en el futuro del sector.
Petro centró parte de su intervención en una crítica abierta al Legislativo, al señalar que las decisiones sobre la salud pública estarían condicionadas por intereses privados. Sin mencionar actores específicos, sostuvo que para lograr una transformación más profunda se requiere un Congreso que responda a las necesidades de la población y no a los propietarios de las Entidades Promotoras de Salud.
Este señalamiento se dio en un contexto marcado por el estancamiento y la controversia alrededor de la reforma, que ha enfrentado resistencias políticas y cuestionamientos desde distintos sectores.
El jefe de Estado trasladó también parte de la responsabilidad a la ciudadanía. En su discurso, planteó que las comunidades deben asumir un rol activo, tanto en la preservación de los servicios existentes como en la exigencia de aquello que, según dijo, aún no está garantizado. Petro afirmó que “es bastante” lo que falta por alcanzar, lo que deja ver que, pese a su balance positivo, reconoce carencias estructurales dentro del sistema.
Las afirmaciones del presidente contrastan con las quejas recurrentes de usuarios por demoras en la atención, dificultades en la entrega de medicamentos y crisis financieras de varias EPS, asuntos que han ocupado la agenda pública en los últimos meses. Aun así, Petro optó por poner el énfasis en los indicadores generales y en una lectura de largo plazo, mientras responsabiliza al Congreso y a los intereses económicos del sector por los obstáculos a los cambios que propone.
El pronunciamiento se da en un momento clave para el debate sobre la salud en Colombia, con una reforma aun sin definición y un sistema que sigue siendo objeto de tensiones entre el Gobierno, el Legislativo, los prestadores y los usuarios, en medio de discursos oficiales que hablan de mejoras y de llamados a profundizar las transformaciones pendientes.
