Los bogotanos ya no consideran el Metro como un proyecto, sino como una realidad tangible que avanza en las calles de la capital. Aunque las obras de infraestructura generan inconvenientes, se sienten cada vez más cerca de la solución de transporte masivo que tanto se ha esperado.
En la actualidad, ya están en China dos de los treinta trenes que estarán en operación en Colombia a partir de septiembre. La empresa Metro de Bogotá ha informado que la construcción alcanza un 55% de avance y que, si todo sigue según lo planeado, los bogotanos podrán subir a los trenes en 2028.
Sin embargo, el proyecto ha enfrentado varios obstáculos desde su inicio. Muchos han intentado frenar su desarrollo e incluso eliminarlo por completo.
Uno de los principales opositores ha sido el presidente Gustavo Petro, quien defendió durante su mandato como Alcalde de Bogotá la propuesta de una primera línea totalmente subterránea. No obstante, sus estudios y planes nunca llegaron a concretarse, y lo que quedaron fueron anuncios y modelos en cartón. El Metro actual ha sido calificado por Petro como «chambón», en clara oposición al diseño de la línea elevada que está en construcción.
Además, el gobierno de Petro ha intentado reducir la financiación que el Estado debía aportar al proyecto, tras el hundimiento de la ley de financiamiento en el Congreso. A pesar de estos obstáculos, la obra sigue adelante, mostrando que, aunque el camino no ha sido fácil, el Metro de Bogotá es cada vez más una realidad inminente.
Incluso, dada la participación de una empresa china en la construcción del Metro, en su primera visita oficial a ese país, el presidente Gustavo Petro intentó negociar con el mandatario chino, Xi Jinping, para que este intercediera y frenara el avance de la obra.
Además, desde el sector legislativo afín a Petro, varios de sus aliados han manifestado su rechazo al proyecto y han intentado bloquear su desarrollo en distintas ocasiones.
Aunque se le reconoce por haber dejado el proyecto contratado, uno de los opositores más conocidos durante su gestión como Alcalde fue Enrique Peñalosa, quien defendió el sistema de transporte masivo Transmilenio como una alternativa más económica para la ciudad.
Desde el inicio de las obras en 2021, la infraestructura del Metro ha sido blanco de actos vandálicos y robos. Se han registrado sustracciones de cables, y las columnas ya construidas han sido objeto de grafitis por parte de desconocidos.
Ante este panorama, el alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha hecho un llamado a los diferentes estamentos políticos, económicos y ciudadanos en general para que se sumen al cuidado y respaldo de este proyecto, que ya es una realidad palpable a través de las obras que avanzan en las calles de la capital.
A pesar de las tensiones políticas, los retos técnicos, financieros o sociales, tornan el Metro de Bogotá una obra emblemática esperada por los habitantes de la ciudad por más de 80 años.
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