El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció este viernes el inicio de un plan distrital para retirar a las llamas que han sido empleadas como atractivo turístico en el centro de la ciudad.
La medida contempla el traslado de estos animales a nuevos espacios y la vinculación de las personas que los utilizan como medio de sustento a programas de reconversión laboral.
Según explicó el mandatario, las llamas no son animales autóctonos y, en varios casos, han sido sometidas a condiciones que podrían afectar su bienestar. “Están siendo explotadas económicamente para fines turísticos. En algunos casos hay maltrato físico y en casi todos, maltrato psicológico”, señaló Galán a través de sus redes sociales.
Añadió que su presencia en lugares como la Plaza de Bolívar y Monserrate se ha convertido en una práctica recurrente para atraer a turistas y ciudadanos que desean tomarse fotografías a cambio de un pago.
El Distrito informó que dará inicio a un censo que permitirá caracterizar la población de llamas utilizadas para esta actividad. Esta identificación buscará establecer el número exacto de animales, su estado actual y las condiciones de quienes viven de esta práctica.
“Con base en una caracterización inicial que ya existe, arrancamos un censo que nos permitirá entender en mayor detalle el número y el estado de las llamas, así como las necesidades de familias y personas que hoy viven de la explotación económica de estos animales”, afirmó el alcalde.
La administración distrital también indicó que las familias que actualmente generan ingresos a través de esta actividad serán incluidas en los programas de capacitación y empleo del Distrito. El objetivo es acompañar el proceso de transición hacia nuevas formas de sustento. “La idea es darles un nuevo hogar a las llamas, al tiempo que estas familias avanzan en un proceso de reconversión laboral”, agregó Galán.
En Bogotá, es común observar llamas en espacios públicos del centro histórico, especialmente en actividades de entretenimiento o fotografía con visitantes. Estos animales suelen estar decorados con accesorios y se usan con fines comerciales sin contar, en algunos casos, con los permisos requeridos por la normativa vigente.
Organizaciones defensoras de los derechos animales han advertido que la exposición prolongada de las llamas a entornos urbanos puede generar afectaciones. El ruido, el contacto constante con multitudes y las condiciones climáticas del entorno urbano han sido señaladas como factores que podrían generar estrés o agotamiento. También se ha señalado que el transporte por calles transitadas y la falta de control sobre su uso pueden agravar los riesgos para su integridad.
La legislación local prohíbe el uso de animales silvestres y exóticos para espectáculos o actividades callejeras sin autorización. En años anteriores, las autoridades han llevado a cabo operativos de control en los que se ha procedido al retiro de ejemplares en zonas como la Plaza de Bolívar y el cerro de Monserrate.