Por: Óscar Jairo González Hernández
¿Qué intención, qué tensión, qué irritación, qué dominio o no de su mundo, qué tentativa busca realizar con su nuevo libro Medallo Blues; de qué se trata, y como realizó y desarrolló la formación y estructuración de este libro; dónde comenzó a observarlo y a sentirlo como necesario y básico para usted, en su contenido y forma, qué proyecta y por qué?
Medallo Blues es un libro escrito desde la nostalgia, aún sin saber de mi cambio de residencia y de país este libro vaticinaba una larga despedida de la ciudad que amo, Medellín.
Este libro se escribió a lo largo de 3 años, una parte fue escrita en Medellín y otra en Benidorm (España), fue una experiencia de sentarse a observar el entorno que se habita como régimen pessoano de tener la vista sana, lo habitable tanto por fuera como por dentro, pensar y saberse ciudad, así el cuerpo estuviese lejos de Medellín el corazón sigue latiendo y recorriendo las calles de esa ciudad calavera que tanto amo y tanto me ha arrebatado, en síntesis es un libro de experiencias, recuerdos y añoranzas personales que busca encontrar en el lector ese cobijo que suelen brindar los confidentes.
Stven Ríos
¿Cuándo y en qué momento comenzó a sentir, a moverse este libro Escribir en el vacío, cómo se fue estructurando, qué propósito tenía, y tiene en este momento; donde involucra sus obsesiones y vacíos, la temperatura de su carácter y destino desde el yo, qué turbulencias le causa y quiere causar, o no y por qué; qué busca con llenar el vacío o vaciarlo más?
La noción del vacío que atraviesa esta escritura proviene de la experiencia diría yo, siempre precaria de lo que Nabokov denominaba “Realidad”, y que desde el comienzo de mi vida ha signado también una manera de ver, de sentir y de relacionarme con el mundo, con mi entorno, con mi ser y por consecuencia con la misma poesía.
El vacío no es, en mi caso, otra cosa que conciencia de la muerte que anticipa todo movimiento, toda acción, toda búsqueda y todo deseo, y que sobreviene después de toda experiencia que, sin embargo, uno termina reconociendo como verdad, como condición de lo humano sin adornos ni ilusiones, sin “esperanza pero sin desesperación” como decía Camus. Es decir, lo que en El mito de Sísifo, libro fundamental para mí, Camus logró conciliar como concepto de absurdidad y libertad al mismo tiempo, como razón y sin razón de la vida por la vida misma.
El vacío, en este caso, hace que la escritura se oriente más al silencio que a la expresión autosatisfecha de una presunta estética, el arte como “relleno” o justificación de una ausencia, de la soledad o de lo absurdo. Escritura del vacío que sólo se propone afirmarlo, hacerlo ver, vivirlo, llevarlo a su límite, y hacer de él tal vez, no una respuesta sino, una posible manera de aceptar y aceptarnos, de permanecer y resistir, de continuar leyendo y pensando pese a los avances de una nueva barbarie, esta vez afianzada desde los monopolios de la comunicación de masas, el embrutecimiento colectivo, la pauperización del lenguaje y el arte reducidos a su peor versión, el entretenimiento y la banalización general de la existencia.
PEDRO ARTURO ESTRADA
¿Cómo se dio en usted la necesidad de fundar, crear este periódico Cultural, qué le movió a ello y por qué, dónde radica su necesidad crítica y sensible en este proyecto que ha llamado con Óscar González: Mecánica Celeste, y cuál es su intención y tensiones estéticas y culturales, principios y propósitos ?
Para comenzar podemos resaltar que nuestro periódico se encuentra lejos, muy lejos, de los análisis de la antropología, la sociología o del periodismo; pues consideramos que estas miradas del mundo, nada tienen que ver con lo esencial del arte y de la literatura.
Una revista literaria es una apuesta por la lucidez y por la creación, y aquí se proyecta el enfoque central de nuestra búsqueda. También es importante señalar que somos otra voz que pretende entrar en un diálogo con una ciudad necesitada de la apertura de muchas voces.
Por esto somos testigos y la vez participantes de esa construcción llamada ciudad. Tampoco tenemos “istmos” o nos debemos a tal o cual escuela de pensamiento, como tampoco deberes políticos o cosas por el estilo. Tenemos una firme preferencia por la palabra “Libertad” y nos sujetamos a ella siendo fieles a ese aire que se respira cuando no se tienen compromisos ni deberes con nadie.
Arte y literatura, como los grandes frutos de la inteligencia, son los inspiradores de este sueño llamado Mecánica Celeste. Y solo queremos ver al mundo y relacionarnos con él a través de estos dos grandes faroles de la lucidez.
Sabemos que nuestros medios son pequeños, mínimos si se quiere; pero lo que cuenta es la constancia y el fervor con la que se ejecute la tarea y nosotros intentamos dejarla consignada firmemente bajo la forma de este periódico, al que nos ha dado por llamar: Mecánica Celeste.
FABIÁN CASTAÑO MEJÍA